Los ojos de la experiencia sobrevuelan Bizkaia
Cuatro residentes de la Fundación Miranda de Barakaldo disfrutan de las mejores vistas del territorio a bordo de una avioneta
Las ideas preconcebidas suelen llevar a error. Entrar en un centro como la Fundación Miranda, dedicada al cuidado de los mayores, puede inducir a pensar ... que allí dentro las horas pasan sin pena ni gloria y que la apatía inunda cada rincón. Sin embargo, basta con darse un paseo por las instalaciones para comprobar que el optimismo está más que presente. Suena un twist por los altavoces y los residentes disfrutan de la melodía. Algunos incluso se animan a bailar. «Es la hora del pintxo pote», explica Iván Llorente, psicólogo del centro. Efectivamente, el reloj marca las doce de la mañana y Crisanta y Vicenta aprovechan el momento. No se pierden una. Son dos de las afortunadas que hace escasas semanas se subieron a una avioneta para disfrutar de Bizkaia desde lo más alto.
«Nunca antes me había subido a un avión, pero cuando nos lo propusieron no tuve ni que pensarlo», cuenta Crisanta Ortega. A sus 89 años y tras una vida dedicada a su familia, comenzó a sentir en su estómago las mariposas de la aventura en cuanto llegó a la Fundación Miranda. «Ahora hasta me quiero tirar en paracaídas», bromea. Como ella, otros cuatro residentes -Idoia, Luismi, Patxi y Vicenta, además del psicólogo del centro- formaron parte de la experiencia 'Aire', una iniciativa enmarcada dentro del reto 'Visitar los 112 municipios de Bizkaia en el año 2022'. Se trata de un programa que busca recorrer el territorio pasando por todas las localidades, tratando de que acudan a las excursiones aquellos que tienen una relación especial con alguno de estos municipios. Cinco residentes acompañados por Llorente celebraron el ecuador de estas visitas disfrutando del territorio histórico a golpe de avioneta.
El viaje comenzó en el aeropuerto de Loiu, donde estos compañeros conocieron al equipo que les llevaría a surcar el cielo vizcaíno. Una vez explicadas las recomendaciones y las medidas de seguridad, el aeroplano comenzó a elevarse poco a poco del suelo y a tomar altura. «La parte del despegue me dio un poco de miedo, pero enseguida me acostumbré», afirma Vicenta Zahínos.
«Desde ahí arriba se ven todos los pueblos», cuenta la mujer, que ya puede tachar de la lista de deseos el de sobrevolar la costa y el interior de Bizkaia. El movimiento de la avioneta propició en ciertos momentos que «me quedara dormida», confiesa, pero no olvida la fotografía única que tiene en la mente desde ese día.
- ¿Y qué fue lo mejor de todo el viaje?
- Pues el aterrizaje, porque me hizo cosquillas.
«Antes no salía de casa»
Las actividades en comunidad son las apuestas infalibles de la Fundación Miranda, que buscan crear lazos entre sus residentes y hacerles ver que pueden lograr lo que se propongan: «En lugar de decirles que pueden, se lo demostramos», asegura el psicólogo del centro. Experiencias que les devuelven la confianza y les animan a seguir apuntándose a un bombardeo. «En los últimos 20 años, apenas salía de casa, porque mi marido estaba enfermo y no fue hasta que llegué aquí cuando empecé a vivir de otra manera y ahora me sumo a lo que haga falta», apunta Crisanta. Es una más de los 190 mayores que conviven en la residencia baracaldesa y su familia aprecia en ella un optimismo renovado, «y hasta se ponen celosos de las excursiones», bromea. «Me dicen que a ver cuándo me apunto también a sus planes».
Crisanta resume en sus palabras un pensamiento extendido entre la gente mayor, que, si no se fomenta la vida activa, uno termina acostumbrándose al sedentarismo. «Si me dejabas en casa, no salía, no me apetecía, pero ahora vuelvo a tener ganas de hacer cosas con el centro y la familia», admite.
El viaje en avioneta no es la única salida extraordinaria que han llevado a cabo en la Fundación para recorrer Bizkaia. «Hemos ido a los karts y visitado ya más de 60 localidades», indica Llorente. «Intentamos que en cada grupo reducido de personas -no podemos llevarnos a todos de golpe- vengan quienes tienen alguna afinidad con el destino: un lugar de veraneo, de infancia o donde hayan vivido mucho tiempo», añade.
Mientras el técnico explica los detalles de muchos de los municipios por los que ya han pasado, Vicenta no puede evitar mover los pies. Fuera suena 'Estando contigo', de Marisol, y no quiere perdérsela.
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