Obreros, vendedores, repartidores, guías turísticos... Sin escapatoria en plena ola de calor
Muchos profesionales tienen que continuar desarrollando su labor mientras Bizkaia alcanza temperaturas extremas
La ola de calor no da tregua. Bizkaia se achicharra con temperaturas de más de 40 grados. La Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet, mantiene la ... alerta por calor extremo hasta mañana. Cuando los termómetros se disparan, quedarse en casa con las persianas bien bajadas y el ventilador al lado se convierte en un lujo. Incluso estar en la oficina, con aire acondicionado. En la calle también se puede combatir el sofocón en los refugios climáticos. Hay un total de 131 espacios interiores y exteriores identificados por toda la ciudad. De hecho, el 96% de los bilbaínos tiene uno a menos de 300 metros. Parques, bibliotecas, centros comerciales y salas de exposiciones, entre otros, sirven de cobijo para todos aquellos que quieren huir del sol y del calor.
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Sin embargo, algunos no tienen escapatoria. Obreros, vendedores, repartidores, guías turísticos, personal de limpieza, músicos... continúan desarrollando su labor bajo un sol abrasador y con temperaturas extremas de más de 40 grados, porque la calle es su espacio de trabajo. Y no tienen alternativa. ¿Cómo hacen frente al bochorno? Damos un paseo por Bilbao para que nos cuenten cómo viven las jornadas más calurosas del verano.
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Saioa Molero Guía turística
«Llevamos fatal este calor. He salido sudando de casa»
«Lo llevo fatal, la verdad. He venido sudando de casa. Tratamos de resfrescarnos, hidratarnos mucho y mojarnos el cuerpo: el cuello, la nuca...», explica Saioa Molero, guía turística bilbaína que desde hace un año trabaja como autónoma en el sector. Este lunes ha fibnalizado su tour en la plaza del teatro Arriaga en torno a las 13.00 horas. Un grupo de ingleses escuchaba atentantemente sus indicaciones mientras movían sus abanicos con garbo. Algunos, incluso, no han podido evitar salirse del corro para buscar la sombra. El calor apretaba con fuerza. «No están acostumbrados a estas temperaturas», relata. Saioa es una de las muchas personas que durante estos días busca la sombra en cada rincón o calle. «Me gusta ir a puntos fijos, pero con el calor a veces reubico la ruta. Yo siempre les digo que se hidraten». Trata de hacer su trabajo lo mejor posible para que los turistas se lleven una buena imagen de Bilbao, pero asegura que «tenemos que hacer un sobreesfuerzo para intentar entretenerles, porque a veces el calor aplatana. He llegado a trabajar con temperaturas de más de 40 grados, pero lo peor de aquí es la humedad».
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Ángel Martínez Operario de obra
«A veces nos ponemos cerca de la grúa porque tiene aire»
En la calle Máximo Aguirre de Bilbao varios operarios de obra trabajaban esta mañana sin descanso. Ángel Martínez, de Barakaldo, es experto en lidiar con las olas de calor. Lleva 30 años en el sector y a pesar de mantener el buen humor, asegura que «se lleva muy mal». «¿El truco? Ajo y agua. A veces nos ponemos cerca de la grúa del maquinista porque tiene aire. Pero vamos, intentamos beber todo el agua que podemos. Trabajamos de ocho a seis de la tarde. Si empieza a hacer mucho calor adelantamos la hora de salida a las cinco, y los viernes incluso antes», cuenta. A pesar de no soportar el bochorno, asegura que «la lluvia es mucho peor, porque se mete dentro del traje y no hay nada que hacer». «Siempre ha hecho mucho calor en verano, pero ahora creo que las olas duran más. Algunas veces intentamos entrar pronto por la mañana, pero hasta cierto punto, porque la maquinaria hace ruido y molesta a los vecinos».
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Alec Bedrot Músico
«Es muy importante mojarse la cabeza»
Las altas temperaturas no han impedido que bilbaínos y turistas salgan a pasear por la ciudad. Muchos han aliviado el sofocón refrescándose en las fuentes o comiendo helados. El Casco Viejo estaba a tope, y Alec Bedrot, músico de Perú, lo celebraba. «¡A mí me parece muy agradable! Cuando hace calor la gente está más animada y se nota la alegría. A mí me viene muy bien». Toca la guitarra junto al Portal de Zamudio, y ha escogido la esquina más cercana a la fuente para resfrescarse entre canción y canción. «Es muy importante mojarse la cabeza para no perder el conocimiento», dice.
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Elvis Samuel Cruceta Vendedor de la ONCE
«Estoy acostumbrado a estas temperaturas»
Continuamos el recorrido por la Gran Vía. Allí se encontraba Elvis Samuel Cruceta Piña, vendedor de la ONCE de 30 años. «Estoy acostumbrado a estas temperaturas. ¡Siempre me toca trabajar con olas de calor! Pero no pasa nada, sé llevarlo», comentaba entre risas. Por ello siempre va bien equipado. No se separa de su botella de agua y también come una onza de chocolate negro para tener más energía. Trabaja de 9 a 2 y de 5 a 8. Las horas en las que más aprieta el sol también tiene seguir vendiendo cupones en la Gran Vía, a pesar de que no haya ni un alma por la calle. No es de extrañar que en las horas más críticas haya habido algún susto. «Un día le dio un golpe de calor a una señora que pasaba por aquí. Le echamos agua en la cabeza y tuvimos que esperar para ver si mejoraba. A mí por suerte nunca me ha pasado, pero si ocurre ya sé lo que tengo que hacer».
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José Luis Rodríguez Instalador de vinilos
«Intento madrugar para no pillar tanto sol»
A pesar de que agosto es siempre un mes especialmente caluroso, la ola de calor ha apretado fuerte en Bizkaia, sobre todo, desde el fin de semana. Y se ha notado en el ambiente. Algunos trabajadores se quejaban del bochorno hasta en la sombra. «Soy montador de artes gráficas y suelo estar en la calle. Se trabaja fatal... Intento madrugar un poco para no pillar tanto sol, pero ahora mismo estoy sudando, y eso que es pronto», relataba José Luis Rodríguez mientras colocaba un vinilo en la calle Ercilla. Alivia las interminables horas de trabajo con abundante agua. «Siempre bebo unos dos litros y trato de estar lo máximo posible dentro de los locales. Lo aguanto como puedo, pero sí que es verdad que cada vez hace más calor. Se nota el cambio climático».
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