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Sonó como si fuera una bomba». Así describía una vecina el desprendimiento de la fachada del número 5 de la calle Pontzi Zabala de Galdakao, ocurrido este pasado lunes cerca de las 19.00 horas. El motivo del estruendo responde al impacto de los cascotes ... contra la cubierta de las rampas mecánicas situadas en esa calle. En total hay tres cintas transportadoras en Pontzi Zabala, además de un ascensor, para facilitar a los vecinos la subida hacia la zona de Zabalea. El desprendimiento afectó a la primera de ellas, perforando la cubierta y provocando que además de los ladrillos, trozos de vidrio impactaran contra la rampa. Por fortuna, no hubo que lamentar heridos, ya que ningún vecino transitaba por esa zona en el momento del accidente, aunque una familia que se encontraban en las inmediaciones fue testigo de lo ocurrido y se llevó un buen susto.
Tras producirse el suceso, el concejal de Urbanismo, Asier Egiraun, se desplazó al lugar junto a los bomberos para realizar una primera inspección de la fachada. Posteriormente el edil llamó a la familia que presenció el accidente para poner los medios del Consistorio a su disposición.
Egirau señaló que aún no están claros los motivos del desprendimiento. «Hay una empresa que esta haciendo una obra en el edificio, impermeabilizando una de las terrazas. Es posible que las vibraciones provocadas por los trabajos hayan causado el desprendimiento de esas placas, de aproximadamente unos diez metros cuadrados», destacó el concejal.
El arquitecto municipal acudió al lugar en la mañana de ayer para realizar una valoración de la situación y decidió que la zona debe permanecer acordonada. En cuanto a los próximos pasos, Egiraun comentó que «se ha hecho un requerimiento a la administradora de fincas del edificio para que inspeccionen toda la fachada y vean qué partes deben ser rehabilitadas. Hasta que tengamos ese informe, mantendremos el cordón de seguridad y si vemos que hay posibilidades de que nuevos desprendimientos, colocaremos un andamio protector o una malla».
En cuanto a la cinta mecánica, el concejal señaló que «se ha dado parte al seguro del Ayuntamiento para que se ponga en contacto con el del edificio y poder arreglarla cuanto antes». El problema reside en que los técnicos deben cerciorarse primero de si la rampa ha sufrido daños en el motor, pero para realizar esa valoración la zona debe ser segura.
No es la primera vez que los inmuebles de la calle Pontzi Zabala dan problemas. «Se trata de unos edificios relativamente nuevos, de unos 25 años, pero han dado muchos problemas de fachada desde su construcción», comentó Egiraun. Una vez más, los motivos no están claros aunque el concejal destaca la posibilidad de que «algunas juntas de hierro, que se dilatan con el calor y contraen con el frío, empujan a las placas y pueden llegar a reventar». Los edificios fueron reparados hace cinco años y es, precisamente, una de esas zonas renovadas donde se han desprendido los cascotes.
Durante la mañana de ayer ninguna de las tres cintas transportadoras pudo utilizarse. Aunque funcionan de forma independiente, Egiraun explicó que el lunes se cortó la electricidad «para evitar que la gente pasara por allí». Los vecinos, resignados, subían a pie la pronunciada pendiente de Pontzi Zabala mientras observaban con preocupación la zona del accidente.
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