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La Organización Europea para el Ictus ha distinguido la labor del Hospital Universitario de Galdakao-Usansolo con la entrega de la acreditación 'ESO Stroke Unit' el reconocimiento más prestigioso que pueden obtener las unidades médicas dedicadas al tratamiento de esta enfermedad. Osakidetza cuenta ahora con dos centros galardonados, ya que el Hospital Universitario de Cruces obtuvo la condecoración en el año 2023.
Con el fin de cerciorarse de si las unidades cumplen con los estándares de calidad asistencial requeridos para recibir esta acreditación, se sigue un exigente proceso de evaluación, que mide, entre otras cosas, la atención clínica prestada, la gestión de los recursos humanos y la investigación desarrollada. Ana Pinedo, jefa del servicio de Neurología ha destacado que «esta acreditación supone un reconocimiento y una garantía de que los procedimientos y equipos multidisciplinares de profesionales prestan la mejor asistencia».
La Unidad de Ictus está formada por sanitarios de diferentes disciplinas. Liderada por el servicio de Neurología, cuenta también con el apoyo de profesionales de Neuroradiología, Cirugía Vascular, Cardiología, Medicina Interna, Asistencia Social, Urgencias y la Unidad de Cuidados Intensivos. Desde que la unidad fuera creada en el año 2011 ha asistido a más de 6.000 personas.
«El ictus es una enfermedad que tiene un gran impacto sanitario y social debido a su elevada incidencia y prevalencia», explica Pinedo. Se trata de la primera causa de discapacidad adquirida en adultos y como destaca la jefa del servicio de Neurología, «supone una gran carga tanto desde el punto de vista sanitario como del personal y familiar por su impacto en la vida de las personas que lo sufren y sus cuidadores». Sus principales causas se dividen entre factores modificables, como la presión arterial, el tabaquismo o la obesidad y los no modificables, como la edad y la predisposición genética. Pinedo recomienda «el seguimiento de una dieta mediterránea y la realización de actividad física de forma regular» como formas de prevención, además de «realizar un control de los factores de riesgo cardiovasculares».
«En las últimas décadas se han producido avances significativos en el diagnóstico y sobretodo en el tratamiento del ictus», señala Pinedo. «Por un lado con el uso de terapias de reperfusión en la fase aguda de la enfermedad como son la fibrinolisis y la trombectomia mecánica y por otro con la creación de unidades propias, como la que tenemos en Galdakao», cuenta. Desde el hospital destacan que la clave principal en la atención es «la rapidez en detectar los síntomas e iniciar el tratamiento». También se aseguran de que el paciente reciba « un seguimiento permanente de su evolución por parte del neurólogo y el personal de enfermería, lo que disminuye la mortalidad y las secuelas neurológicas». ».
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