Los comerciantes de Arrigorriaga aseguran que el cierre de la hostelería va a «parar» la vida comercial

Está claro que el comercio local es uno de los pilares fundamentales de la economía de los municipios, y también uno de los sectores que más ha sufrido las consecuencias de la crisis sanitaria que ha generado el coronavirus. Darse por vencidos no forma parte de las intenciones de estos pequeños negocios, pero en Arrigorriaga reconocen que el cierre de la hostelería va a «parar» la vida comercial. Y temen ser los próximos que tengan que bajar las persianas. «Por las mañanas haremos algo, pero a las tardes será nefasto. Y eso que de momento el tiempo nos acompaña, cuando haga frío no habrá nadie por la calle. Es triste, pero puede que los siguientes seamos los comerciantes», lamenta José Cebrecos, secretario de la asociación de comerciantes local, Adecka. «Su cierre nos afecta a todos. Esto es una cadena porque ellos también son clientes nuestros», añade Ruth Morgado, comerciante y presidenta del colectivo.

Cuando pasó la primera ola de la pandemia tuvieron que tirar de su ingenio para poder reinventarse. Y lo consiguieron. Ahora, reparten entre sus clientes ocho vales de 100 euros cada mes y su gincana virtual, que se extenderá hasta el próximo 5 de diciembre, «no podría ir mejor», asegura Cebrecos. Además, se guardan un as bajo la manga para las navidades, que ya están a la vuelta de la esquina. «Va a ser algo muy bonito, original y distinto, pero lo mantendremos en secreto un poco más», confiesa Morgado.

Aunque ya eran conscientes de que los hábitos de consumo estaban cambiando, el omnipresente virus ha acelerado aún más el proceso. Y en esta nueva realidad quienes trabajan «bajo pedido» lo tienen más fácil. «Dependiendo de los artículos que vendas no se puede hacer. Pero es cierto que las redes sociales están en auge y que la presencia de las personas en las tiendas físicas cada vez es menor. Son tiempos nuevos para todos, pero no hay duda de que el coronavirus ya nos está pasando factura», opina la presidenta. Un nuevo escenario al que ahora tendrán que sumarse los hosteleros de este enclave vizcaíno para «sobrevivir». «Los vecinos sí que se han movido este fin de semana para pedir comida para llevar, pero es insuficiente para remontar el sector», valora el secretario.

Lo único que esperan es que las nuevas iniciativas no se caigan de su calendario o terminen fracasando, como la última edición del Merkatari Eguna, que tuvo lugar a mediados de septiembre y, por primera vez, se desarrolló en sus propios locales. Y confían en que no ocurra lo mismo con la actual campaña Bonodenda que este año, y por primera vez, incluía al sector hostelero. De hecho, el Ayuntamiento había duplicado la partida presupuestaria de esta nueva edición -59.425 euros- y ampliado a 10.000 los vales. «Se está valorando alargar la campaña más allá del plazo previsto, 5 de diciembre, para que los hosteleros puedan participar», avanzan portavoces oficiales del Consistorio.

No es la único que ha reforzado el equipo de Maite Ibarra, la oferta formativa también porque desde el pasado mes de marzo el desempleo en la localidad ha crecido un 3,6%, siendo las mujeres las «más perjudicadas», según desvela la concejala de Empleo Celia Rubio. «Esta crisis nos está dejando un perfil diferente. Lo que se busca es una formación rápida y práctica para cambiar de sector y empezar a trabajar lo antes posible», reconoce la edil. Por todo ello, la administración ha puesto el foco en la formación de agentes cívicos y profesionales de la limpieza y de cuidado y asistencia a personas dependientes o tercera edad. Pero también en actividades de almacén, de asesoría en hábitos saludables de alimentación, y de diseño de páginas web. Sectores en los que dicen se han «triplicado» las demandas. «Estamos preparando una nueva oferta para el invierno», desvelan.