La rehabilitación de la casa cural de Lemoa alumbra un nuevo proyecto cultural

En primer lugar se realizó un estudio basado en numerosas encuestas a los vecinos «para conocer la realidad actual de ocio y cultura del municipio, así como entender a los agentes locales». Entre las conclusiones más destacadas del análisis, los dirigentes lemoztarras percibieron «una necesidad de oferta dirigida a la juventud o la insuficiencia de salas o aulas de estudio». A continuación, se pasó a «definir los servicios que conformarán el nuevo centro cultural, situado en la antigua casa cural».

Hace unos días, el Ayuntamiento de Lemoa planteó a sus vecinos las conclusiones de este proceso de investigación y su plasmación en una propuesta que ahora será analizada por los lemoztarras. Una reunión a la que acudieron unas 60 personas. «Se les presentó la propuesta, y después contestaron un cuestionario», precisan fuentes municipales.

Amplia zona verde

Tras la reforma de las instalaciones parroquiales, que según las cuentas de la Administración local costará cerca de 600.000 euros, este edificio de 620 metros cuadrados mejorará las infraestructuras municipales dedicadas a la cultura. Si actualmente se desarrolla, principalmente, en el Kulturgune de Elizondo y en el edificio Arraibi, en un futuro cercano la Abadetxea se añadirá a la oferta.

La reestructuración, además, se ha planificado tomando como referencia otros centros innovadores, como la Tabakalera de San Sebastián o el Matadero y La Casa Encendida de Madrid. Según la propuesta presentada, el nuevo edificio, al que por cierto se le está buscando nombre entre las propuestas vecinales, acogerá espacios multifuncionales, la biblioteca, una zona de estudios, un espacio de uso polivalente que se podrá adaptar a diferentes tamaños, unos almacenes para que las distintas asociaciones dejen bajo llave su material y hasta una amplia zona verde para actividades al aire libre.

Por otro lado, Arraibi acogerá un espacio intergeneracional así como el haurtxokoa, la ludoteca y el aula de informática. Por último, los vecinos se encontrarán en el Kulturgune un local de ensayo de 20 metros cuadrados insonorizado, un gazteleku con tecnología, juegos, sofás para la comodidad de los jóvenes e incluso un laboratorio con espacio para la creatividad mediante talleres o manualidades.