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Salchichas con alfileres dentro que dejaron en un parque de Durango en junio.
Los enemigos de los perros no descansan: cebos de carne con pinchos en el merendero de Etxebarri

Los enemigos de los perros no descansan: cebos de carne con pinchos en el merendero de Etxebarri

Operarios municipales hallaron el domingo las trampas en un lugar de esparcimiento muy concurrido los fines de semana

leire pérez

Martes, 28 de octubre 2014, 00:08

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El odio que algunas personas declaran hacia los perros no para de manifestarse públicamente. Etxebarri se suma al listado de localidades en las que, en los últimos días, han aparecido alimentos adulterados que podrían acabar con la vida de los canes o afectar seriamente alguno de sus órganos vitales. O todavía peor, dañar a algún niño pequeño inconsciente todavía de no tener que llevarse a la boca cosas del suelo. Si el miércoles de la semana pasada un vecino de Bilbao retiraba de la boca de su perro un cebo con alfileres en un parque de Otxarkoaga, el domingo varios agentes de limpieza del Ayuntamiento de Etxebarri descubrían en una zona de esparcimiento de la localidad «cuatro cachos de salchichón y carne con pinchos».

Por fortuna, el hallazgo se produjo a primera hora de la mañana. Fue en el merendero, un lugar apartado del centro urbano, cerca del cementerio y muy transitado, especialmente los días festivos y fines de semana. La zona sirve de paso a la presa y es muy utilizada por vecinos que van a pasear, muchos de ellos con sus animales de compañía. Los trabajadores contactaron directamente con la Policía local, y varias unidades se personaron en el lugar de los hechos para advertir a los usuarios de las instalaciones del peligroso descubrimiento. «Fueron a hablar con la gente que estaba allí disfrutando del día para que tuvieran constancia de lo que se había encontrado, para que tuviesen cuidado y para que nos notificasen cualquier novedad», explicó el concejal de Seguridad, Victor Molano.

«Sabía dónde los ponía»

La preocupación entre los dueños de las mascotas se entremezclaba ayer con sentimientos de incredulidad, porque la localidad es «tranquila» y no suelen darse sucesos de esta naturaleza. También con impotencia, porque la persona que ha dejado los trozos de comida «sabía dónde los ponía». «Nunca antes había habido un caso parecido, tampoco denuncias, ni, por suerte, ningún animal herido», avanzó el edil, que lamentó que este tipo de hechos se «propaguen» por múltiples municipios del territorio.

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