Nadadoras sincronizadas en la piscina de Azkuna Zentroa

La música eléctrónica que acompaña la actuación es original de Pablo Esbert Lilienfeld y tiene efectos 'acuáticos' (ruidos de burbujas, de brazadas y pataleos...) que servirán para ambientar la 'performance'. Las nadadoras Carolina Pino y Andrea Fernández Botelho se desplazan de un lado a otro «para recrear una criatura fantástica, transindividual, desmembrada y conectada a través del líquido, formada por la subjetividad desdoblada de las dos nadadoras».

La versión original de 'Bajo el lecho marino, un dragón' se estrenó el año pasado en el festival madrileño Veranos de la Villa y se repuso en el certamen Santarcangelo de Italia. Era un montaje concebido para seis nadadoras bajo un enfoque muy distinto al que puede verse en Bilbao. Estaba destinado a contemplarse desde la superficie. «Hemos tenido que reelaborar algunos de los materiales para que se puedan ver desde abajo. Por la misma arquitectura de Azkuna Zentroa hemos asumido el reto de invertirlo todo», reconoce Federico Vladimiri Strate Pezdirc.

A los creadores de la pieza 'performativa' les motiva la fantasía y la ciencia ficción. «El dragón es una figura arquetípica en casi todas las culturas. Nos interesa imaginar otras formas de ser en el mundo a través de la expresión artística. La ciencia ficción nos permite ser críticos con los problemas e imaginar y especular desde la reflexión creativa. Queremos repensar nuestras formas de ser como individuos en comunidad y en soledad», reflexiona Pablo Lilienfeld . Un objetivo muy ambicioso que les ha llevado a concebir una fábula visual y sonora, con un juego de luces que convierte el fondo de la piscina de La Alhóndiga en una gran pantalla.

Pablo Esbert Lilienfeld y Federico Vladimiri Strate Pezdirc se conocieron estudiando la carrera de Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid. En 2014, empezaron a colaborar en proyectos vinculados con las artes visuales, la música electrónica y la danza.