Música para soñar

Ruth Renhardt, que con sólo 17 años ya había compuesto alguna que otra obra y había dirigido su propia ópera en Saarbrücken, su ciudad natal, y que en los últimos años ha dirigido a orquestas tan importantes como las de Cleveland, Seattle, Dallas o Malmö, hipnotizó a los 400 amantes de la música clásica que ocuparon el patio de butacas del Euskalduna.

El violinista Augustin Hadelich, ganador del premio Grammy en 2016 y reconocido como Mejor Intérprete de 2018 por la revista Musical América, que ha tocado con orquestas como las filarmónicas de Nueva York, Chicago y Cleveland, además de Radio Baviera o London Philharmonic, conmovió a los asistentes con su interpretación.

Entre quienes asistieron al concierto se encontraban Oriol Roch, director general de Euskadiko Orkestra, uno de los artífices de que la música culta siga llegando a todos los rincones del País Vasco; Joxe Inazio Usabiaga, director técnico de la entidad; Bingen Zupiria, consejero de Cultura y Política Lingüística del Gobierno vasco; Íñigo Alberdi, gerente de la Sociedad Coral de Bilbao; Josune Ariztondo, Elena Martínez-Sapiña, la portugaluja Machús Rodríguez, José Luis Mendoza y el pianista Fernando Botanz, organizador desde hace una década del desfile de época en la villa.

Asimismo acudieron Pedro Ruiz, Pedro Serna, Miren Saracho, José Antonio Prado, Andoni Ibarguren, Manu Urra, propietario del bar Txintxirri en Bilbao, donde hacen unas tortillas fantásticas, Yolanda Arévalo, Mari Carmen Herrero, Mari Ángeles Urrutia, María Colorado, Antón Díaz, Amaia Leonet y Maialen Mendigutxia. No faltaron a la cita musical Jesús Fernández Urbina, Ana Salinas, Mari Asun Aizpurua, Mikele Matxo, Fátima Martínez, Agustín Garmendia, Guillermo Ibáñez, Gregorio del Amo, Ana de Mingo, Juan Ramón Martiarena, Iratxe Etxebarria, Pilar Gamboa, María Jesús Gutiérrez, Joaquín de Juan y el músico Rafa Freijo, miembro de la junta directiva de la Sociedad Filarmónica.