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Bilbao ha perdido a Pedro Prieto, uno de los personajes más populares de la villa. Originario de Zamora, llegó muy niño a la capital vizcaína ... y se convirtió en una de las almas festivas de la ciudad. Fundador de Moskotarrak, formó parte de la histórica primera Comisión de Fiestas de 1978. Echaba una mano en todo lo que podía. «Estaba muy comprometido con todos los temas festivos», subrayan sus conocidos.
Prieto fue también el alma mater de la Kofradia de la Makila y uno de los grandes impulsores del Concurso Gastronómico de Aste Nagusia, que adquirió una resonancia tremenda hasta convertirse en uno de los grandes atractivos de las fiestas bilbaínas. Horas antes de que su querido Athletic –era el presidente de la peña rojiblanca juvenil de Pozas– recibiera al Manchester United, moría víctima de una larga enfermedad.
Pero ni siquiera en sus últimas horas perdió su carácter risueño. Era, como sostiene Jose Mari Amantes, compañero en Moskotarrak y gran amigo, un hombre jovial. Siempre de buen humor. Nunca se le veía un mal gesto. Quienes mejor le conocían aseguran que echaba mano a casi todas horas de su frase más recurrente 'Sé feliz'. Si no la patentó, poco le faltó. A todo el mundo deseaba felicidad. «Era una frase que pondremos en nuestros recuerdos, sé feliz», se emociona Amantes.
A Prieto, que contaba con 68 años y pasó sus últimas semanas en el hospital, le encantaba la cocina y promocionar la gastronomía vizcaína. En los concursos del Arenal y en el txoko de Pozas. Andaba a todas horas entre fogones. Era un cocinillas que preparaba muy bien el rabo de toro y los platos de bacalao. Le gustaba transmitir sus conocimientos y atraía la atención de miles de turistas mientras organizaba el concurso de marmitako. O lo que fuera. «Le encantaba que participara todo el mundo en los concursos gastronómicos. Era un tipo muy currante».
Trabajó de joven en la central de Lemoniz, aunque forjó su actividad empresarial como autónomo al frente de una agencia de comunicación. De ahí que muchos le llamaran cariñosamente 'Pedro Pin', por la cantidad de insignias y adonos que repartía.
El Ayuntamiento de Bilbao le rindió un emotivo homenaje en la Aste Nagusia de 2022. «Una figura incondicional de nuestra fiesta, que si destaca por algo es siempre por su generosidad, por su entrega, por ser un icono. Una persona entrañable», recordó el alcalde, Juan Mari Aburto.
En las fiestas de 2019 recibió este popular comparsero recogió el premio 'Gigantes del año', en nombre de la Cofradía de la Makila. Inconfundible con su característico canotier, del que no se separaba en fiestas y que tan elegante le caía, siempre llevaba en mente a su mujer, Silvia, también comparsera, a su hijo Iker, su nuera Norma y a sus nietas, Maitane e Ixone.
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