Arantza Goikolea en la zona de molienda del antiguo molino. M. salguero

Los molinos también vuelven a aprovechar la energía del agua

Goikolea en Nabarniz e Ibargutxi en Zeanuri ya trabajan en restaurar los sistemas de turbinas con los que antaño daban luz a los caseríos de la zona

Domingo, 20 de noviembre 2022, 23:47

El molino Goikolea de Nabarniz, antigua ferrería, empezó a moler cereal en 1849, y a principios del siglo XX, a generar energía. Incluso fue serrería. « ... Durante muchos años la familia vendía electricidad a caseríos de Oma y Gabika», recuerda su propietaria, Arantza Goikolea. Entonces, la fragilidad del tendido, «unos alambres», apenas daba para encender una bombilla, y «a veces había que apagar la de la cocina si se quería bajar a la cuadra». Pero así se fueron apañando hasta que en 1965 llegó a la zona «la red de Iberduero. Y, pese a todo, todavía en 1980 seguía funcionando la turbina porque a veces no había suficiente potencia».

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Ahora ha convertido la construcción en su propia casa (el caserío familiar sigue al lado) y ha presentado a la Agencia Vasca del Agua URA un permiso para modificar su concesión de aprovechamiento de agua de cara a instalar una nueva turbina. «Confío en tener en breve la autorización definitiva para terminar la obra el año que viene», concreta.

Arantza asegura que su objetivo no es muy ambicioso: «Lograr el autoconsumo, para mi casa en el molino y, como mucho, para el caserío». La infraestructura la tiene desde una pequeña presa situada detrás del edificio. «No afecta en nada al río Oma, de donde nos llega el agua por un pequeño desvío existente unos metros atrás». Y dentro mantiene intacto el molino original, piedras de moler incluidas. «Hace unos años planteé a la Diputación recuperarlo para mostrarlo al público, pero solo me daban un 10% de ayuda y no puedo correr con tanto gasto», se excusa.

«Quieren eliminar las presas»

Pedro Elexpe llevaba años viviendo en un molino en Iparralde y quería hacerlo igual, pero en su tierra natal. Lo consiguió al comprar el de Ibargutxi en Zeanuri en 2019. Su mecanismo funciona perfectamente «y hago una harina de primera», destaca. También tiene una turbina «que funciona, pero no puedo ponerla en marcha porque necesito el permiso de URA». El anterior dueño, Satur Larrazabal, la desconectó «porque para renovar los permisos me pedían muchas cosas», lamenta.

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José María Izaga, secretario y representante en Euskadi de la Asociación para la Conservación y el Estudio de los Molinos en España (ACEM), reconoce que en la actualidad, «muchos más propietarios se animarían a tomar medidas similares, pero no lo hacen debido a todos los impedimentos que nos ponen desde las administraciones». Según explica, «el criterio es acabar con todas las presas y azudes que hay en los ríos para garantizar su biodiversidad, cuando la gran mayoría de ellas están hechas desde hace tiempos inmemoriales, desde que nuestros antepasados, hace ya muchos siglos, descubrieran las posibilidades del agua para moler y mil cosas más».

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