La moda que llegó de Madrid y Barcelona
En su afán por proyectar una «imagen agradable» del barrio, la Asociación de Comerciantes de Deusto ha solicitado autorización a propietarios de locales vacíos para ... actualizar sus persianas con «grafitis bonitos». «De esta manera, conseguimos que los edificios no queden tan feos», argumenta Julia Diéguez, presidenta de la organización. La iniciativa está resultando, de momento, todo un éxito. Diéguez también ha apoyado el pintado de las partes traseras de un gran número de inmuebles para «integrar al comercio en el barrio».
'Kero', sobrenombre de Unai Izquierdo, asegura que esta moda ha llegado para quedarse y que se ha importado de otras «grandes ciudades», como Madrid y Barcelona. Atribuye su éxito a la calidad de las composiciones. Recuerda que han transcurrido ya 17 años desde que hizo la persiana del karaoke La Rockola, en Licenciado Poza. «Y sigue perfecta e impecable», subraya. 'Kero' ignora si sus trabajos reportan mayores beneficios a los comerciantes, pero tiene claro que «atraen a mucha más clientela». «A todo el mundo le gusta entrar a sitios bonitos», esgrime. Reconoce que el trabajo de la librería ha sido uno de los más complejos que le han encargado ya que la persiana «contaba con pequeñas perforaciones».
El joyero Alfonso Marina alaba el trabajo de Alejandro ya que, a su juicio, no hay «peor cosa que el cliente se tope con una persiana horrible, sucia y descuidada. Habla mal del negocio. Esta moda ayudará seguramente a que nadie nos pinte encima y a seguir viendo a mucha gente sacando fotos de nuestro comercio a todas horas».
Alejandro está convencido de que sus pintados, que suelen llevarle entre una y dos semanas de trabajo, ayudan «a vender», pero no tiene tan claro que sus obras se libren de pintarrajeadas. «Puede pasar de todo», admite.
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