«No mires atrás», recomienda a sus 107 años 'Pepe el gallego'
El vecino más longevo de Gernika celebró ayer un bonito día de cumpleaños con la ilusión de haber sido «muy feliz» durante su larga vida
iratxe astui
Miércoles, 27 de julio 2022, 01:10
Nació el mismo año que Frank Sinatra, Ingrid Bergman, Rockefeller y Orson Welles, con la diferencia de que él mantiene una salud de hierro, pese ... haber cumplido ayer la friolera de 107 años. José Iglesias Novoa, 'Pepe el gallego' como le gusta llamarse, es el hombre de mayor edad de Gernika y, posiblemente, haya entrado también en la lista de las personas más longevas de Bizkaia. «De salud me encuentro bien, aunque me fallan las piernas», admitía en el barrio Lurgorri de la villa foral, donde reside desde hace unas cuantas décadas.
Pepe es atendido por «dos personas que tengo en casa», aunque no le faltan a diario los mimos de sus tres hijos -uno de ellos ya falleció- «que son muy buenos y me quieren muchísimo», asegura el abuelo de Urdaibai.
Apenas sale a la calle, «porque me cuesta mucho hacer escaleras y no tengo ascensor», aunque ayer, por su cumpleaños, hizo una excepción y bajó a la degustación de su barrio a celebrar su siglo y siete años junto a sus familiares y amigos. Allí recibió también la visita del alcalde de la localidad, José Mari Gorroño, quien le hizo entrega de una placa y de un ramo de flores.
'Pepe el gallego' nació en Orense, pero apenas cumplió la mayoría de edad se trasladó a vivir a Mundaka, «donde tenía una hermana a la que visitaba a menudo». Se vistió el buzo de faena como empleado de la antigua fábrica de motores Echevarria de Bermeo, «pero lo dejé porque la comida ya me costaba una peseta y 50 céntimos, por lo que me quedaba tan solo un jornal de 90 céntimos al día», relata con toda clase de detalles. Ya en Gernika, ingresó en la plantilla de la que fuera la fábrica de armas de Astra, donde permaneció hasta su jubilación.
«La comida me costaba una peseta y 50 céntimos y tan solo me quedaba un jornal de 95 céntimos al día»
«Cumplir un año más»
A pesar de las penurias de la guerra, José Iglesias asegura haber vivido una vida plena. «He sido muy feliz» subraya. «Lo único que pido es cumplir un nuevo año, y aquí estoy otra vez», bromeaba ayer.
Sus días más tristes, por contra, los sufrió al fallecer su hijo «de repente». Y también «cuando se me fue la mujer, Josefina Herrera», lamenta todavía con la voz triste. «Era de Vitoria», rememora.
Ante la idea de alcanzar la edad de 108, en 2023, responde tajante que es «imposible». «Seguiré en el mundo hasta que Dios quiera, pero poco me debe de quedar», augura, sabedor de que la inmortalidad no es inherente al ser humano.
Sus días transcurren ahora «en casa, tranquilo». Acostumbra a levantarse a diario a las nueve de la mañana» y a continuación desayuna tan solo un café con leche. «Tampoco como mucho, apenas tengo apetito... Como porque hay que meterse algo al cuerpo pero no porque tenga ganas», reconoce a renglón seguido con un fluido discurso que sorprende a su avanzada edad .
Pero a los jóvenes, entre los que se incluyen los tres nietos y cinco biznietos que tiene, les lanza un claro mensaje: «Que nunca miren atrás en la vida, siempre al futuro», subrayaba este gallego en su pueblo de adopción.
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