Los menores acusados del homicidio de Algorta se enfrentan a una pena máxima de 8 años
Los tres chicos y una chica internados en centros, de 16 y 17 años, cogieron tres cuchillos en el piso cercano de la joven
Los menores acusados del homicidio de Algorta ocurrido el pasado 25 de mayo, en el que murió acuchillado por la espalda un joven de 23 ... años natural de Colombia pero residente en Getxo, Juan Felipe García Salazar, se enfrentan a una pena máxima de 8 años de internamiento en régimen cerrado. Así lo estipula la Ley del Menor para su horquilla de edad en este tipo de delitos. Son cinco jóvenes, tres chicos y dos chicas de 16 y 17 años. Precisamente, la legislación que se aplica a los adolescentes que no alcanzan la mayoría de edad es más estricta en este tramo de edad que en los que son más pequeños. Se les aplican medidas de seguridad en lugar de penas de cárcel como a los adultos, con un objetivo reeducativo y de reinserción en la sociedad, y no punitivo.
Tres de ellos, concretamente los chicos, se encuentran internados en Ibaiondo, en Zumarraga, por un periodo provisional de seis meses, el tiempo máximo que debe durar una investigación en la que estén implicados menores. Una de las chicas está en otro centro y la quinta quedó en libertad provisional tras ser puesta a disposición de la Fiscalía de Menores, ya que su participación en los hechos no fue directa. Fuentes internas creen que esta joven quedará finalmente fuera del procedimiento. Los implicados no cuentan con antecedentes policiales ni penales porque en menores no figuran, pero dos de ellos han tenido abiertos expedientes por su presunta implicación en delitos.
Mientras, la instrucción del caso, que quedó en manos de la comisaría de la Ertzaintza en Getxo bajo la dirección del juzgado, avanza con declaraciones de testigos y a la espera de los resultados de análisis de evidencias, como las prendas manchadas de sangre intervenidas a uno de los arrestados.
La pelea se inició tras un encontronazo de la víctima con una amiga de una de las acusadas
Una de las principales incógnitas del homicidio se centra en cuál fue el desencadenante de la riña. Al parecer, según coinciden algunos testigos, todo empezó con un simple encontronazo entre Felipe y una chica que era amiga de las detenidas y que salió en su defensa. Los acusados formaban parte de un grupo de unos diez jóvenes que estaban celebrando un cumpleaños comiendo y bebiendo en el domicilio de la única joven que se encuentra internada.
Alrededor de las once y veinte de la noche del sábado 25 de mayo los procesados se habían concentrado en la plaza Satistegi, una zona muy concurrida de copas de Algorta. Felipe había llegado hasta allí en su bicicleta y se encontraba solo. Los procesados le recriminaron que se hubiera encarado con la chica y se inició entre ellos un primer conato de enfrentamiento.
Por la profundidad de la herida podría averiguarse qué cuchillo se usó y quién fue el autor material
Armas de 13 y 19 centímetros
El joven colombiano terminó sin camiseta en la refriega y salió huyendo del lugar en dirección al bar Kaixo, poniéndose el niki. Los otros cinco implicados se fueron a la vivienda donde celebraban la fiesta y cogieron tres cuchillos de cocina, con mango negro. Una vez armados, volvieron a bajar a la calle en su busca pese a que el horno se estaba precalentando para poner las pizzas.
Un agente de la Policía Municipal de Bilbao, oficial en prácticas, que se encontraba fuera de servicio tomando algo con su cuadrilla por la zona, vio cómo dos de los menores llevaban cuchillos en las manos y les siguió a distancia. Su colaboración resultó crucial para detener a los sospechosos. Al parecer, según se desprende de las investigaciones realizadas por la Policía autonómica, la chica había escondido el arma en el bolso. Felipe también exhibió un palo. Un testigo ha declarado que escuchó cómo uno de los agresores, del que ha facilitado una descripción detallada, iba diciendo: «Le voy a matar». También presenció cómo le dirigían «insultos en dominicano».
Otros ciudadanos vieron cómo la chica, que empuñaba un arma blanca, avanzaba hacia la víctima. Finalmente, en medio de la trifulca, uno de los menores le asestó una cuchillada por detrás en el costado a Felipe, que salió corriendo hasta que cayó desplomado. El cuerpo también presentaba otros cortes superficiales que han sido calificados por el informe provisional de autopsia realizado en el Instituto vasco de Medicina Legal como heridas de defensa. Por la profundidad y anchura de la herida, podría llegar a determinarse cuál de las armas decomisadas, de 13 y 19 centímetros de longitud, fue la utilizada en la agresión mortal y, por tanto, conocer quién fue el autor material del crimen, una de las claves del caso.
En una papelera próxima al lugar de la detención aparecieron dos cuchillos con restros de sangre
Los presuntos agresores también se marcharon a la carrera del lugar. La joven acudió a su domicilio y escondió el cuchillo debajo de la almohada, en su habitación. Después, el grupo huyó hacia la estación de metro de Telletxe, bajo la atenta mirada del policía de Bilbao de paisano. El agente avisó a sus excompañeros de la Policía de Getxo, que, junto con la Ertzaintza, acudieron a la parada y arrestaron a los sospechosos justo cuando se disponían a coger el metro y a desaparecer.
En una papelera cercana a donde se encontraban se decomisaron dos cuchillos, uno de ellos con restos de sangre. Las armas eran iguales que las de la cubertería del piso donde vive una de las acusadas.
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