Los mejores embajadores de Bizkaia

Ayer, de la mano de la diputada de Turismo, Sonia Pérez, subieron al catamarán 'ekoKAT' y, en un recorrido inverso al último de la triunfal Gabarra, zarparon de Bilbao en dirección al Real Club Marítimo del Abra. El domingo se pegaron una caminata en San Juan de Gaztelugatxe, descubrieron las olas de Mundaka, se dieron un festín en el restaurante Lezika, en Kortezubi... Y pasó lo que tenía que pasar. Que el grupo se quedó impresionado por todo lo que vio. «No hay nada parecido en ningún otro lugar», expresaron con una contundencia que sonaba sincera.

Así que no perdieron el tiempo y, con sus cámaras al hombro, se dedicaron a fotografiar, desde las 9.30 horas y por espacio de 80 minutos, todo lo inimaginable. Tampoco pararon de hacerse selfies con sus móviles, con el Puente Colgante de fondo, el Guggenheim, las ruinas industriales de Sestao que bordean la Ría... «Es la tercera visita que hago al País Vasco, aunque la primera vez solo pasé por Bilbao, y me sigue fascinando lo pegadísima que está la naturaleza a la ciudad. Me sigue sorprendiendo esa proximidad y, claro, los pintxos», destacó Kylie Mitchell-Smith, una australiana que viajó junto a su marido, Gregory Smith, el hombre más alto y rubio del grupo. Tan impactada se mostró su mujer que un responsable foral de prensa le advirtió de la posibilidad de provocar una «guerra civil» si 'La señorita viajera', como se conoce a Kylie en el mundillo, seguía insistiendo en que los pìntxos de Bilbao son «mucho mejores» que los de San Sebastián. «Tengo muy claro dónde está la excelencia», insistía. «Vivo en Brisbane, pero mi corazón está aquí, que es donde me gustaría vivir», descubrió.

A Terry Abromitis, una periodista natural de New Jersey, todo le resultó también «encantador». En su blog Traveling Terry comparte sus experiencias de manera «honesta y accesible» y en su próxima publicación recomendará Bilbao por tres razones: «Por la seguridad, la comida y la cantidad de gente hospitalaria que me he encontrado. Aconsejaría este destino a cualquiera», relató. Pero, especialmente, a las mujeres «solitarias que les gusta mucho viajar sin depender de nadie. Aquí me he sentido absolutamente segura», constató.

Courtney O'Dell, de Colorado, comenzó su experiencia como bloguera en 2010 difundiendo recetas de cocina «fáciles y sabrosas» y decorativas antes de convertirse en una experta guía viajera. «Me llama la atención lo diferente que es Euskadi del resto de España y de que tiene la temperatura perfecta para vivir. El cambio climático -remarcó- va a llenar Bilbao de visitantes». Puestos a comparar, descubrió semejanzas entre la capital vizcaína y «la zona norte de San Francisco, con sus viñedos, su marisco y una cultura tan relajada».

A Brigitte Redel, natural de Massachusetts, le gusta encontrar «belleza en lo cotidiano», mientras que su marido, el aventurero californiano Jacob Bazluke, sueña con vivir «al máximo» e inspirar a otros a hacer lo mismo que hace él. La pareja reside ahora en Jávea, pero no tendría ningún problema en hacer las maletas y afincarse en Bizkaia. «Aquí hemos degustado la mejor comida que hemos probado nunca y los pequeños pueblos costeros son verdaderamente increíbles. Estamos flipados», aseguraron para alegría de una diputada de Turismo, que se felicitó de disponer de una gente «tan influyente y viajada». «Nos ayudará a gestionar mejor el turismo y que los viajeros que nos lleguen pasen más tiempo y nos visiten durante todo el año», afirmó.

Tan contentos se sintieron en su papel promocional de Bizkaia que todos los influencers volvieron a sus lugares de origen con la txapela bien puesta. Cortesía de una Diputación que ve en estos profesionales a los mejores embajadores del territorio.