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'Marianito', en el alféizar de una ventana del geriátrico.
'Marianito', el nuevo inquilino de La Misericordia

'Marianito', el nuevo inquilino de La Misericordia

Un pavo real se ha 'fugado' de su lugar de residencia habitual del parque de Doña Casilda para instalarse en los jardines de la residencia de la tercera edad, donde se ha convertido en un entretenimiento más de los internos

David pungin

Jueves, 21 de junio 2018

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Desde hace dos meses, los residentes de La Misericordia cuentan con un compañero que jamás ha entrado en una de las habitaciones de la institución, al que ningún responsable de esta perseguiría si se fugase y que, en vez de boca y brazos, tiene pico y alas. Se trata de un pavo real. Nadie sabe a ciencia cierta cómo llegó a los jardines del geriátrico. Entre los trabajadores del centro circula el rumor de que lo hizo una madrugada de la mano de unos gamberros que lo atraparon en el parque de Doña Casilda, donde vivía. Pero las autoridades municipales no dan pábulo a tal afirmación, explican que el animal cuenta con un historial de aventurero y que suele escaparse de su hábitat para explorar la ciudad. El ejemplar está bien. Es valiente, lo único que lo asusta son las cachavas de sus nuevos vecinos. No obstante, su cola ha perdido su plumaje característico, como si se la hubiesen podado.

Aunque no todos los usuarios del centro están contentos con el pulular libre del ave a su alrededor, la mayoría disfruta dándole de comer o simplemente observándolo mientras se echa la siesta en el alfeizar de una ventana. «Aquí le damos galletas de calidad», presume Iluminada Vega, una residente que en los últimos días ha obtenido un nuevo motivo de orgullo: la fotografía al lado del animal que le sacó una de sus cuidadoras.

Pero las personas mayores no son las únicas que se divierten con él. Durante el día, el parque está abierto al público y los niños que juegan dentro se distraen admirándolo y corriendo para alcanzarlo. Los pequeños integrantes de una coral cercana incluso le han puesto nombre: 'Marianito'.

Marianito, de paseo por La Misericordia.
Marianito, de paseo por La Misericordia.

Atraparlo: una misión imposible

El pavo se ha convertido en un nuevo reto para los empleados municipales, que han intentado capturarlo con el objetivo de trasladarlo a un lugar más apropiado. Los servicios de jardinería y de veterinaria fueron en su busca, pero resultó inútil: el animal es muy rápido y escapa a las copas de los árboles cada vez que alguien se le acerca. Los operarios no poseen medios eficaces para estos casos, aunque no se dan por vencidos.

Ante estos intentos infructuosos, algunos inquilinos de la residencia han ejercitado su ingenio para conseguir darle caza. Uno de ellos intentó atraer al pavo mediante una aplicación móvil que simula el sonido de apareamiento de las hembras de la especie. Funcionó: el animal se lanzó, veloz, hacia el lugar del que procedía la llamada. Sin embargo, en cuanto intentaron atraparlo, huyó.

A. Salvador Martín, otro usuario de la Misericordia, el ejemplar le hace recordar las tardes en que de joven iba a observar los peces y las ranas con sus amigos. «Lo único que digo es que deberían llevarlo a su hábitat para que esté con los suyos y la gente pueda disfrutar de él también», sentencia.

Tanto los trabajadores como los residentes se encuentran inmersos un dilema: si llevar al pavo a su hogar o dejarle en la residencia. Por una parte, consideran que les hace bien y que su llegada ha acarreado distracciones y diversión a todos; por otra, la mayoría coincide en que lo mejor para el animal es que vuelva al parque de Doña Casilda y que reciba todos los cuidados que necesita. Además, así, dejará de hacer sus necesidades en el aparcamiento de los empleados: todo ventajas.

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