Vecinos de Trapagaran estallan por los retrasos de las obras del barrio: «Estamos encabronados»
La barriada de San Andrés iba a recibir en 2021 ayudas del Gobierno vasco para mejorar la accesibilidad. Dos años después, «todo sigue igual»
Diana Martínez
Trapagaran
Miércoles, 15 de marzo 2023, 19:36
«Estamos encabronados», afirma Itxaso. Aunque son sus palabras, es el sentimiento que comparten muchos vecinos de San Andrés, en Trapagaran. Este barrio forma parte de los seleccionados por el programa Berpiztu del Gobierno vasco, cuyo fin es intervenir en zonas vulnerables, con una renta media inferior a los 15.000 euros anuales, para su rehabilitación energética y de accesibilidad. Un proyecto de calado que se anunció en 2021. Para el 2023 se tenía que haber concluido todo y la realidad no podría ser más desilusionante para estos residentes.
Itxaso tiene problemas de condensación en sus paredes y techo debido a la diferencia de temperatura que se da entre el interior y el exterior del hogar «porque las fachadas no están aisladas». Los trabajos anunciados hace ya dos años consistían en actuar en la fachada, ventanas y tejados para una mejor eficiencia energética, así como en mejoras de accesibilidad, como ascensores. «Han pasado dos años y no es que no se haya terminado, es que ni siquiera han empezado. No tenemos ni la opengela», dice en relación a la anunciada oficina de barrio para asesorar a los vecinos y ayudarles a financiar las actuaciones necesarias. Un servicio que, según la concejal de EH Bildu, Elena Reyero, iba a contratarse en septiembre de 2021.
De hecho, hay gente que se compró una casa en la zona con la mira puesta en aprovechar la subvención para reformar el revestimiento. Es el caso de Jon. «Nos aprobaron la ITE con la condición de hacer el tejado y al anunciar la subvención nos aconsejaron esperarla, pero han pasado ya dos años y la cubierta está cada vez peor», explica. Está «destrozada. A veces se ha tenido que cerrar el acceso porque han caído tejas al suelo. Es un peligro», comenta señalando el techo de la vivienda.

«Estamos a punto de hacer la reforma por nuestra cuenta», apunta. A causa de la situación, el último invierno en su hogar fue particularmente frío. «Hacía doce grados cuando nos levantábamos por las mañanas, casi había pingüinos paseando por los pasillos», denuncia. «Al final, lo que hubiéramos invertido en el tejado y la fachada es lo que hemos gastado en calefacción».
Los vecinos se sienten «estafados». «Tenemos que hacer las obras, pero que no nos impidan hacerlas o que nos digan que, tras llevarlas a cabo, aún podemos optar a las subvenciones. Que nos digan algo», alega Jon. Actuar en su tejado costaría en torno a 32.000 euros, pero la ayuda económica del Gobierno vasco podría ahorrarles un «mínimo del 40-50%. Y según la renta podría ser de hasta el 100%».
Aplazado hasta 2026
Lidia es una de las afectadas en este barrio de casi 200 habitantes. Su bloque y los dos contiguos, con una altura de cinco pisos, cedieron hace años al Ayuntamiento los terrenos aledaños para colocar dos ascensores y se les ha enseñado el proyecto a llevar a cabo. ¿Cuál es el problema? «Nos dijeron que no encontraban el documento de la cesión, luego que no pueden seguir adelante porque no están cedidos y ahora que han encontrado el papel pero que faltan algunas firmas», señala. Así que toca volver a recoger las firmas. Unos sesenta vecinos, la mayoría de avanzada edad, se iban a beneficiar de los elevadores cuyas obras, en principio, tenían que comenzar en septiembre de 2022 y «ya tenían que estar en funcionamiento, pero no hay nada. Al principio la gente estaba toda ilusionada...».
«El Consistorio ya ha recibido una parte de la subvención, unos 400.000 euros, y con eso ya se podría haber abierto la opengela, pero no se ha hecho nada», denuncia la edil abertzale, quien destaca que «se generó un sentimiento de ilusión en los vecinos de este barrio obrero, pero están sufriendo frío y humedades mientras esperan a que se lleve a cabo este proyecto». Preguntado al respecto, desde el Ayuntamiento alegan que actualmente se encuentran sin la figura del interventor, por lo que «no podemos sacar adelante las contrataciones», afirma a este periódico el concejal de Urbanismo, Javier Pérez, por lo que se solicitó al Ejecutivo autonómico ampliar los plazos de subvención y lograron equipararlo a los fondos Next Generation, esto es, para finales de 2025 o principios de 2026. Parte del dinero ya recibido, afirma, se ha invertido en la monitorización del barrio –para ver el consumo energético que tienen y las mejoras que podrían tener los hogares si se arreglan las fachadas y tejados– y otras actuaciones como anteproyectos.
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