«El túnel bajo la ría va a hacer mucho daño al Puente Bizkaia, el declive será importante»
El transbordador celebra los 50 años de la convención de patrimonio mundial de la Unesco consciente de sus retos de futuro
Hace medio siglo que la Unesco celebró su primera convención de patrimonio mundial, firmando un tratado internacional único para la conservación de espacios naturales y culturales singulares. Una lista en la que figura el Puente Bizkaia como Patrimonio de la Humanidad desde 2006, el primer puente transbordador del mundo, que une Getxo y Portugalete, donde esta semana se ha celebrado un acto para destacar esta efeméride. Marta Uriarte, su directora gerente, ha aprovechado la ocasión para poner en valor el que sigue siendo uno de los principales iconos del territorio.
- Qué mejor escenario que el puente para festejar los 50 años de una convención que lucha por mantener y cuidar el patrimonio mundial.
- Después de la pandemia y de la guerra es importante recordar tratados como éste, para remover conciencias. Este puente nació como un sueño mecánico y hoy en día está más vivo que nunca. En sus casi 130 años de historia ha sabido adaptarse al devenir de la historia, cumpliendo con la lista de buenas prácticas marcada por la Unesco, de credibilidad, conservación, capacitación, comunicación, comunidad... Y nosotros le añadimos compromiso, porque ofrecemos visitas a todos los colectivos en riesgo de exclusión social.
- ¿Qué supuso para el puente la distinción en 2006 como monumento patrimonio de la humanidad?
- Muchísima satisfacción. La empresa que lo gestiona en la actualidad entró en 1995. No conocía bien el puente y descubrió que no estaba en buen estado. Entonces se decidió hacer una inversión importante. Se colocaron ascensores, la pasarela panorámica y las salas de embarque, y se automatizó. El siguiente paso era llevarlo a lo más alto, al patrimonio mundial. No fue fácil, un periodo largo de tres años, pero terminó siendo aclamado de manera absoluta. Es el máximo galardón que puede tener, y así empezaron a venir más turistas.
- Hoy en día sigue siendo uno de los principales reclamos de Bizkaia.
- Sí, aunque todavía no estamos en niveles previos a la pandemia. Fue tremendo ver todo cerrado, mientras el puente seguía en funcionamiento, sin nadie, con un silencio y una sensación muy triste. Fue un golpe duro. Ahora estamos remontando, todavía sin llegar a cifras de 2019, aunque el verano de 2020 fue muy bueno.
«Con el subfluvial se va a quedar para un público muy local, habrá que pensar en otros usos»
- ¿Cómo le afectará el futuro túnel subterráneo que unirá ambas márgenes?
- Muchísimo. Tendremos que pensar en otros usos, en otra forma de disfrutarlo porque el puente tiene que seguir ahí. Al final se va a quedar para un público muy local. El declive va a ser importante.
- ¿Qué otras amenazas soporta?
- Sobre todo la climatología. Este verano, por las altas temperaturas, ha sufrido un exceso de dilatación, algo que no había ocurrido en los últimos 40 años. Por la noche, al no llegar a refrescar, la estructura no recuperaba, y como es un elemento vivo teníamos problemas para que atracara la barquilla. Tuvimos que reducir carga en los vehículos.
- ¿Qué partida destinan cada año a su mantenimiento?
- El coste puede fluctuar de unos años a otros, en función de qué inversiones tengamos que hacer, pero suelen ser unos 150.000 euros. Este año tuvimos que reparar el carro que va debajo de la vía y fue un gasto importante. También está la pintura, los ascensores, con los que solemos tener muchos problemas, la barquilla, y todo lo electrónico, que hay mucho.
Funcionalidad e innovación
- Es vital mantenerlo a punto, y más con la distinción de la que presume.
- Sigue siendo útil para unir ambas orillas de la ría, sigue siendo el que era. En su día supuso una innovación, fue el primer puente transbordador del mundo, y ahora que se habla de emprendimiento, qué ejemplo más claro. No existe, además, puente más sostenible, une las dos orillas respetando el entorno y permitiendo la navegación. Es la máxima expresión de belleza, creatividad, funcionalidad e innovación.
- Es de esperar que dentro de otros 50 años siga estando en uso y en esa lista privilegiada.
- Ojalá. Para eso está la Unesco, para que estos bienes sigan bien conservados. Además, generan negocio, atracción y turismo. Es un recurso muy importante que hay que cuidar entre todos.
