Sestao recurrirá a la vía judicial para desalojar a varias mujeres y dos menores de la antigua Escuela de Aprendices
El Ayuntamiento insta a ocho personas en situación de vulnerabilidad, además del gaztetxe, a buscarse otro espacio debido a la rehabilitación de un edificio sin garantías de seguridad
El Ayuntamiento de Sestao continúa adelante para desalojar la antigua Escuela de Aprendices, ocupada en sus tres plantas inferiores desde hace 13 años por Txirbilenea Kulturgunea, que ha dado forma allí al gaztetxe de la localidad. Además de eso, desde 2022 Emakume Migratu Feministak Sociosanitarias ha habilitado el primer piso de este inmueble como vivienda de emergencia para mujeres sin hogar y que pernoctan en este lugar, en algunos casos con sus hijos.
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A finales de octubre, el Ayuntamiento informó a la agrupación cultural de su decisión de desalojar al edificio a raíz de un informe emitido por los servicios técnicos municipales que advertía del peligroso estado de conservación del inmueble y de una «falta grave de seguridad». Recordaba, en este sentido, que está previsto llevar a cabo una rehabilitación integral del edificio para darle un nuevo uso relacionado con la formación, al tiempo que se contribuye a regenerar la calle Txabarri. Una semana después, y debido a las protestas de la asociación feminista, el Consistorio, a través de varios agentes de la Policía, entregó a este colectivo el mismo decreto en el que se instaba a su salida, haciendo lo propio con las nueve personas que allí residían, pese a que en un primer momento el equipo de gobierno (PNV-PSE) llegó a declarar que no tenía constancia de que este viejo edificio de Altos Hornos sirviera como refugio para vecinos vulnerables.
Vencido ya el plazo dado para abandonar este espacio, situado en Txabarri, junto a las vías del tren, el Ayuntamiento recurrirá a la vía judicial. Antes, según ha informado a EL CORREO, harán frente a la solicitud de suspensión cautelar del decreto de alcaldía por el que se ordena el desalojo del edificio, que ha interpuesto Txirbilenea en el juzgado. Actualmente el Consistorio está recabando la información necesaria para poder continuar adelante con sus planes. De prosperar esta decisión, la medida dejará en la calle a una familia de cinco miembros, dos de ellos menores, y a tres mujeres, las personas que actualmente están residiendo en este edificio, tal y como han confirmado desde Emakume Migratu Feministak Sociosanitarias a este periódico.
Las dos agrupaciones, que ya han acudido en busca de amparo al Ararteko, se mantienen ahora a la espera de los próximos movimientos del Ayuntamiento. «Les hemos pedido que inicien las obras que tienen previstas con el centro cultural y la primera planta como vivienda. También les hemos preguntado por alternativas reales, un espacio en el que seguir manteniendo la comunidad, con el traspaso de las familias». Las asociaciones quieren recalcar que no piden únicamente una vivienda –tienen otras cuatro que gestionan de este modo comunitario–, sino poder mantener vivo el proyecto, para ayudar a las mujeres con formación que llegan de otros países y que por su situación irregular se ven abocadas a trabajar como internas, «un nicho laboral de esclavitud moderna, en pleno siglo XXI», a las que consideran que las distintas administraciones no están ofreciendo «ninguna solución real».
Regenerar Txabarri
Estas dos agrupaciones, que pese a todo continúan con su amplia oferta cultural y formativa, insisten en que el Ayuntamiento desconocía el alcance de sus actuaciones y que los propios responsables de Acción Social «no pensaban que estuviéramos tan vivos». Es por ese motivo que han señalado su intención de seguir adelante. «Agotaremos todas las vías», han afirmado. «No nos vamos a ir de aquí hasta que no haya una negociación o el juez lo ordene. Queremos soluciones».
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El concejal de Promoción Económica y Empleo, Carlos García de Andoin, ya recordó hace unos días que este edificio, que recibió una subvención de 3 millones para su rehabilitación, deberá tener ejecutados los trabajos antes de que finalice 2026. El objetivo es recuperar el espíritu de la Escuela de Aprendices como centro de desarrollo económico, de formación y empleo, al tiempo que se regenera la calle Txabarri.
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