Barakaldo se reencuentra con la Magia de Oriente

Barakaldo ha vuelto a creer en la Magia este jueves. Sus Majestades de Oriente han sido las estrellas de una cabalgata seguida por miles de personas y marcada por la luz y el colorido. Su paso por las calles de Barakaldo, abarrotadas desde horas antes con familias dispuestas a conservar su sitio, ha estado acompañado por más de 300 participantes entre antorcheros, pajes, personajes de cuento, músicos y hasta realistas dinosaurios. Desde el barrio de San Vicente, hasta la Herriko Plaza donde Melchor, Gaspar y Baltasar mantienen un nuevo encuentro con los más pequeños, los protagonistas de la noche mágica han recibido el cariño de los vecinos de todas las edades.

Desde sus llamativas carrozas, esta vez dotadas con sistemas de luces de bajo consumo, los Reyes Magos han endulzado a su afición lanzando más de un millar de caramelos aptos para celíacos. Por delante de ellos han circulado dos llamativos pasacalles con pingüinos gigantes y criaturas jurásicas animadas, que han provocado algunos sustos entre los más pequeños.

Para la familia de Miguel Ángel Mirón y Silvia Pérez, acompañados de sus hijos Mireia y Garikoitz, de 20 y 18 años, la cabalgata ha supuesto una oportunidad de recuperar una tradición perdida. Aprovechando como excusa la visita de un sobrino pequeño, los cuatro han revivido la emoción de una fiesta que llevaban años sin vivir. «Es bonito volver a estar aquí», ha apuntado el padre. Ellos siempre han sido fieles a la cita en Barakaldo. «No tiene nada que envidiarle a la de Bilbao, y encima te quitas de atascos y de problemas», ha defendido la madre.

Para Ander Vallejo y Sheila Vivanco, en cambio, la de este jueves ha marcado el nacimiento de una nueva tradición. La pareja ha vivido el paso de los tres personajes con su pequeña Udane, que este sábado cumplirá ocho meses. «No va a recordar nada, pero está claro que el ambiente le gusta. Ya estuvo en la del Olentzero y disfrutó mucho», ha afirmado Ander. Este jueves tanto él como Sheila se han comprometido a intentar llevarla todos los años. «A partir de ahora no tenemos que fallar», han confiado.

En esas está Rodrigo Martín, que este jueves usaba su altura para aupar a la pequeña Irati, de tres años. Ella ya ha vivido alguna cabalgata, aunque no sea capaz de recordarlas. La menor señalaba que ha enviado la carta en la que sobre todo pide maquillaje. «Vivimos aquí cerca, así que intentamos estar por la zona. Éste es buen sitio», ha confiado el padre en el hueco escogido, desde el que ambos han visto pasar las carrozas.

Para Agustín Benito y Jovita Cobos, usuarios de la residencia de mayores Sanitas por la que pasaba el recorrido, el de hoy ha sido un día de primeras veces. Estos vecinos de Portugalete, acostumbrados a disfrutar la cabalgata en la villa, han visto por primera vez la cita en Barakaldo. «Lo que no sé es si nos traerán algo», ha bromeado Agustín, animado tras su mascarilla. Le ha acompañado su hijo, también Agustín. «Yo ya la he visto de camino aquí y la verdad es que es espectacular», le ha asegurado.

Lo cierto es que la cabalgata en Portugalete tampoco ha tenido nada que envidiarle a la de la segunda urbe vizcaína. Allí la cita ha desplegado su encanto por la mañana con la llegada de los tres magos a la plaza del Solar en bote. Esta circunstancia ha hecho que muchos niños se preguntaran por los camellos. «Les hemos dejado pastando y descansando, que venían muy cansados desde Oriente», ha resuelto Melchor antes de recibir las llaves de la ciudad de manos del alcalde, Mikel Torres.

En Barakaldo el acto con la primera edil, Amaia del Campo, ha incluido también la entrega de la tradicional canastilla al primer bebé del municipio nacido durante la Navidad. El reconocimiento ha sido para Jurani Gabriela Federico Ochoa. La entrega del regalo, elaborado de forma artesanal por la asociación baracaldesa Codisfiba, ha formado parte de un programa de actos que también ha incluido la visita de Sus Majestades a los niños ingresados en el Hospital de Cruces. Tras la cabalgata, ya en sus tronos, los Reyes Magos se disponen a atender personalmente a 2.400 niños, para escuchar sus anhelos.

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