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José Antonio Mallea, afectado por las crecidas, observa el cauce. D. M.
«El pueblo se convirtió en una gran piscina, era como estar en Venecia»

«El pueblo se convirtió en una gran piscina, era como estar en Venecia»

Vecinos de Zalla recuerdan cómo vivieron las inundaciones del Cadagua y confían en que las obras concluidas por URA eviten nuevos daños por las crecidas

DIANA MARTÍNEZ

Viernes, 4 de diciembre 2020, 22:24

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Fuertes lluvias, desmesuradas crecidas, calles inundadas, lonjas y garajes encharcados... Las inundaciones del Cadagua han sido un verdadero quebradero de cabeza para los municipios que conforman Las Encartaciones. Un tormento que parece ser que no volverá a perjudicar a los vecinos de Zalla, ahora que URA ha concluido las obras para evitar las afecciones de las crecidas.

Un fenómeno natural que ha dejado su estampa en la localidad encartada y en la memoria de sus lugareños. «Lo recuerdo perfectamente, fue el 30 de enero de 2015». María Moreno rememora la última gran inundación que azotó el centro de Mimetiz. «Se empezaron a llenar de agua todas las calles, el pueblo se convirtió en una gran piscina». «Se sabía que ese día iba a llover, pero no que se iba a inundar el pueblo», relata esta vecina de Zalla. En su caso, no hubo mucha afección, «se nos inundó un poco la lonja». Pero el resto no corrieron la misma suerte, pues hubo casos en los que se dio un nivel de «hasta dos metros de agua.

Los garajes cercanos al puente de Aretxaga parecían una piscina», apunta Moreno. Pero de la tragedia brota la solidaridad. Y es que se pusieron a ayudar todos los vecinos; algunos hasta de municipios colindantes. «Venían en zodiac, esto parecía Venecia», agrega. Aunque de otro mundo fue la inundación del 83, en la que «se inundó casi todo el pueblo y afectó también a toda Bizkaia», rememora José Manuel Corral. «Se estropearon lonjas, el agua entró en los bares… Hasta llegó al Ayuntamiento».

Los problemas que conllevan las crecidas del Cadagua son una «constante» en esta zona. Bien lo sabe Borja Prada, cuyos padres viven a veinte metros del cauce. «Todos los años se inundan los garajes y tenemos que sacar lo de dentro para que no se estropee», afirma. Por la misma circunstancia ha pasado José Antonio Mallea, que en los 25 años que lleva viviendo en Mimetiz se le ha inundado el garaje más de seis veces. El agua incluso alcanzó una huerta que tenía ubicada en el barrio de Ibarra, «donde no había llegado nunca, era la primera vez», comenta aún impresionado por la furia de las inundaciones. Hoy en día, contempla los trabajos realizados en el cauce para evitar estas críticas situaciones y esboza una sonrisa: «A ver si algún día llueve fuerte para comprobar que esto funciona».

2.600 personas

Un panorama que esperan que no vuelva a repetirse. Por ello las instituciones han impulsado las obras en el barrio de Mimetiz para la defensa de las crecidas del río, que han afectado en numerosas ocasiones a vecinos de Balmaseda, Güeñes, Zalla y Alonsotegi. Se ha dado paso así al acondicionamiento hidráulico de un tramo de 1,1 kilómetros del Cadagua para generar un espacio seguro a los caudales de sus crecidas naturales y recurrentes.

Tal y como apuntó el miércoles en rueda de prensa el alcalde encartado, Juanra Urkijo, estos trabajos suponen dar «tranquilidad a muchas familias». En concreto, 2.600 vecinos quedarán 'salvados' del agua. Borja Prada espera que el conjunto de la obra sirva de utilidad. «Veamos cuando haya crecidas».

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