Pobeña venera a la Virgen del Socorro
Centenares de personas de la Margen Izquierda, Zona Minera y Bilbao asisten a la procesión de Muskiz, una de las más antiguas de Bizkaia
Diana Martínez
Muskiz
Lunes, 8 de septiembre 2025, 15:47
El 8 de septiembre es un día marcado en rojo en el calendario de Pobeña, en Muskiz, así como para numerosos fieles de la Margen Izquierda, Zona Minera y Bilbao, que acuden cada año a la ermita de Nuestra Señora del Socorro para disfrutar de la procesión; una de las más antiguas de Bizkaia, pues data del siglo XVIII. «Es un día muy especial en el que nos juntamos todos para disfrutar de esta tradición que se transmite de abuelos a nietos y de padres a hijos. Se une la devoción por la Virgen, los recuerdos y la familia», expresó este lunes el alcalde minero, Eduardo Briones.
La ermita abrió sus puertas a las 6 de la mañana y celebró misas cada hora. La música de txistus y tambores amenizó la emotiva jornada mientras una hilera constante de personas acudían al templo, enclavado en la playa de La Arena sobre un montículo de Pobeña con un largo tramo de escaleras.
«No cualquiera sube por ahí, la mayoría somos mayores», indicó señalando los escalones José Miguel Díaz, vecino de Sestao prejubilado hace casi 30 años. Los últimos veinte acude a Pobeña para disfrutar de la jornada. Y es que él canta en el orfeón de Sestao. «Aquí me encuentro con compañeros del orfeón y cantamos por los bares», apuntó. A unos metros aguardaban Conchi Castaño y Jesús González, también de Sestao: «Es una tradición familiar, la hemos celebrado toda la vida».
«Estamos rezando para que no llueva», afirmó mirando al cielo, lleno de grisáceas nubes, Mila Siso, vecina de Sestao, que acompaña desde hace cuatro años a su amiga Maricarmen Moreno a esta cita. «Yo vengo desde que era una cría. Mis abuelos, mis padres, yo y ahora también con mi hija. Para mí es algo grande, hasta me he pedido el día sin empleo y sin sueldo para poder disfrutarlo», señaló Moreno sujetando la estampilla de la Virgen del Socorro que lleva alrededor del cuello. «La mandé hacer y la llevo conmigo».
Las nubes amenazaban con precipitaciones desde primera hora. Treinta minutos antes de arrancar la procesión ya caían las primeras gotas, obligando a sacar el paraguas o buscar algún refugio. «Qué rabia de día», comentaron algunos fieles resguardados de la lluvia bajo la copa de un árbol. No obstante, a cinco minutos de arrancar la tradicional procesión la lluvia cesó.
«Milagro»
Una comitiva compuesta por pequeños y adultos vestidos de arrantzales, con cestas de pescadores y remos, arrancaron el recorrido hacia la iglesia de San Nicolás de Bari con la Virgen del Socorro, con un manto blanco impoluto, en el centro de todas las miradas. «El fervor y verla salir de la ermita es lo más bonito», expresó Mila Siso.
Tras hacer una parada en la residencia, la comitiva continuó su camino por el centro del barrio hasta concluir en la iglesia, donde se ofreció otra misa. Una vez la talla accedió al templo, volvió a llover. Un «milagro», según fieles como Estíbaliz Flaño, que acude a la cita desde hace una década. «Es una fiesta muy bonita, familiar y amena», añadió. Lo mismo mantuvo Merche Gutiérrez, vecina de Muskiz. «Siempre nos han inculcado la devoción a la Virgen».