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Diana Martínez
Santurtzi
Lunes, 29 de enero 2024, 12:13
«Preocupados, inseguros y hartos». Así se sienten usuarios del euskaltegi de Santurtzi ante la «mala gestión» de este servicio municipal, donde los estudiantes de los dos grupos del nivel B2 de la mañana llevan casi un mes sin un profesor que les haga una evaluación continua porque «no se contratan sustitutos para cubrir las bajas». Un problema que se da desde el inicio de curso, cuando las clases empezaron con días de retraso por falta de docente. Por ello, quince alumnos afectados han puesto reclamaciones en el Ayuntamiento solicitando resolver de una vez la situación.
Los usuarios llevan desde el pasado día 11 sin profesor. «Nos dan clases diferentes docentes cada día, por lo que el temario, los ritmos, las explicaciones, etc., son aleatorios, no es lo mismo que tener a un solo profesor titular. Y es una sobrecarga para ellos, que ya dan clase a sus propios grupos», comenta Ainhoa Lopera. La queja, insiste, no va hacia el profesorado, que «se está dejando la piel para que no nos quedemos atrás», sino hacia la «mala gestión». Porque hay quienes se presentan a oposiciones y necesitan sacarse el examen de euskera, y «esta situación no ayuda».
Las clases son una odisea. «Cada día tenemos un 'profe' distinto. Estamos perdidos y con miedo a perder el curso, no nos sentimos preparados para el examen de marzo. Llevamos mucho retraso, hemos perdido casi un mes», lamenta Pili Arrola. «No hay evaluación continua, no sabes si has mejorado o no», critica Edorta Núñez.
Verónica insiste en que «los profesores hacen un esfuerzo sobrehumano por no dejarnos colgados, queremos que ni ellos estén agobiados ni nosotros colgados». La situación, añade, es «repetitiva», pues el pasado curso ocurrió lo mismo, tanto en el B1 como en el B2, donde tras una jubilación los alumnos estuvieron un mes sin docente. «Pasamos de mano en mano, no acabamos de arrancar», afirma. «Clases perdidas, desmotivación, sentir que nos quedamos atrás... Algunos ya piensan en ir a otro sitio», añade Lopera. El Ayuntamiento ha señalado a este diario que la contratación del profesorado se realiza por un procedimiento de bolsas y ahora están «agotadas», por lo que ha puesto en marcha un «procedimiento alternativo de forma excepcional»: contratar por Lanbide.
Por otra parte, los usuarios reclaman asistencia para un compañero con discapacidad. David Soto, en silla de ruedas a causa de complicaciones en cirugía por un tumor de médula, solo tiene movilidad en un dedo y requiere un auxiliar de apoyo para tomar apuntes, etc. Una figura que no hay en el aula. «El Ayuntamiento tendría que poner una partida mayor para sufragarlo», opina Soto. Entretanto, recibe la ayuda de sus compañeros. «A diferencia de la enseñanza obligatoria, en la enseñanza de idiomas no existe el perfil de un auxiliar de apoyo, por lo que el euskaltegi no cuenta con esta figura», zanja el Consistorio.
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