Los afectados por el derrumbe de un edificio en Santurtzi: «Estamos aliviados de poder volver a casa aunque la preocupación persiste»
Dos días después de sufrir el hundimiento del patio que da acceso a tres portales, los vecinos estaban «ansiosos» por regresar a sus hogares
Diana Martínez
Viernes, 31 de octubre 2025
«Vaya Halloween de pesadilla hemos tenido», expresaba ayer Sara Pérez, vecina de uno de los tres portales de la calle Cervantes, en el centro ... de Santurtzi, que desde las 20.00 horas del miércoles han sufrido dos días llenos de «miedo e incertidumbre» a causa de unas obras en la lonja ubicada bajo el patio del inmueble. La eliminación de un «tabique maestro» durante unos trabajos que «no tenían licencia de obra», tal y como confirmó el miércoles el Ayuntamiento, propició el hundimiento del patio. Tras las alertas vecinales, se acordonó el edificio, permitiendo salir por la ventana, mediante una grúa de los Bomberos, a algunos vecinos; el resto, se quedó confinado hasta ayer pasadas las 15.30 horas.
Los operarios, contratados de forma subsidiaria por el Consistorio, trabajaron con esmero durante toda la jornada para solventar cuanto antes la situación. Las tareas consistían en colocar primero unos andamios que servirían para sostener unas plataformas metálicas y tablas de madera que permitieran el acceso a los portales. «Estoy aliviada de poder volver a casa y agradecida al área municipal de Urbanismo por su implicación, y aunque nos han dicho que la estructura del edificio no se ha visto afectada y no corremos ningún riesgo, un poco de preocupación queda. Pero bueno, ahora toca descansar», expresó Pérez.
La espera para retornar al hogar fue larga. Cerca de 48 horas con «angustia, nervios y una total incertidumbre» por parte de las 34 familias de los portales 2, 4 y 6 de la calle Cervantes. Al menos siete familias pasaron la noche en el hotel San Jorge. «Muy malamente, nerviosos, con niños pequeños, y sin poder entrar en nuestras casas», relató a este diario Ainara Ranero, del bloque 6. «Los niños se han quedado sin clase y los mayores no podemos ir a trabajar. Aunque hayamos presentado justificante nos quedamos sin cobrar estos días», lamentó.
Los Bomberos plantearon el jueves a los afectados la posibilidad de sacarles por la ventana con la ayuda de una grúa o mantenerse confinados en sus casas hasta que se pudieran instalar las plataformas de acceso a los portales. «Nos hicieron bajar al piso 1 y nos sacaron por la ventana. A los niños, a las mascotas, todo... El 90% del bloque nos marchamos por seguridad», añadió.
«Nos han alterado la vida»
Desde primera hora de ayer algunos residentes se plantaron frente a sus casas, en esperas de cómo evolucionaba la situación. «Estamos nerviosos, nos han alterado la vida diaria y no podemos recoger nuestras cosas», señaló Teresa Albizu, que esperaba con «ansia» volver a su hogar. Shere Sanabria estaba en vilo por la seguridad de sus abuelos, del bloque 6. «Son muy mayores. Les da rabia no poder salir a la calle pero están tranquilos», afirmó. Aunque tenían comida, «necesitaban pan, así que hemos colaborado con la vecina del primero para que me tire una cuerda en la que he atado una bolsa con el pan para que se lo pueda entregar a ellos», explicó la nieta.
Mikel Larruskain, otro afectado, relató que «unos vecinos interesados por los trasteros y garajes que iban a construir en la lonja hablaron con el dueño, que les mostró los planos. Llamaron a un perito que dijo 'este tabique ni se te ocurra tocarlo', pero según sus planos quería quitarlo para habilitar cuatro plazas de coches». También acudió al lugar el propietario, Francisco Cañones, que negó la versión municipal. «No es un tabique de carga, es normal, de división. Estaba toda la estructura del patio podrida, por eso al quitarlo se ha caído».
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