«Oxinorte lleva diez meses vulnerando nuestro derecho a una vida digna»
El Ayuntamiento de Barakaldo realizará una inspección técnica completa de la fábrica de Lutxana, que emite un ruido constante desde el pasado verano
Casi un año. Eso es lo que llevan soportando los vecinos de Lutxana, y de otros puntos de Barakaldo, como Cruces y Rontegi, el molesto ... y constante ruido procedente de la fábrica química Oxinorte. Este problema se desató el pasado 25 de agosto, al retomar la producción de nitrógeno, oxígeno y argón, tras la parada habitual por mantenimiento, y pese a los trabajos de insonorización de la planta, diez meses después la incidencia continúa.
Una situación que ha generado graves problemas de salud derivados de la falta de descanso continuado, en colectivos vulnerables como pequeños y mayores, con insomnio, cuadros de ansiedad, cefaleas y estrés. Este pasado lunes la asociación de vecinos Lutxana Villamor acudió al Parlamento, a petición del propio órgano, para reclamar «una solución efectiva» y la puesta en marcha de una serie de medidas que también han pedido este jueves en el pleno del Ayuntamiento, gracias a una moción presentada con el aval de EH Bildu y Elkarrekin.
Los afectados reclamaron, entre otras cosas, la realización urgente de una inspección técnica completa, la aplicación de medidas cautelares, «como la suspensión parcial de la actividad si se siguen superando los límites legales de ruido»; una mesa de seguimiento interinstitucional y la apertura de un estudio sobre la reubicación de la planta. Además, también pidieron el refuerzo de las vías legales y sancionadoras, «para asegurar el cumplimiento efectivo de la normativa».
En noviembre el Ayuntamiento emitió una sanción que ha terminado reduciéndose a un tercio de la propuesta inicial, con una multa de 4.000 euros y un mes de cierre de la zona generadora de ruido, tras las alegaciones de Oxinorte, que según apuntó el PSE, «están eternizando el proceso». Este jueves, de manera unánime, todos los partidos han apoyado las peticiones de los vecinos, solidarizándose con ellos, y reclamando una coordinación interinstitucional.
Control al Gobierno vasco
Desde el área de Desarrollo Sostenible y Medio Natural, en manos de los socialistas, han asegurado que seguirán realizando mediciones, y que han solicitado al Gobierno vasco que asuma definitivamente «el control de la actividad, porque tienen capacidad técnica para un control más efectivo». También están a la espera de la autorización ambiental única. El PNV, con el que forma equipo de gobierno, apuntó que seguirán vigilantes y que la alcaldesa, Amaia del Campo, ha mantenido «múltiples reuniones» para tratar de resolver este asunto. En septiembre del pasado año, cuando los vecinos pidieron en el pleno una actuación urgente, llegó a apuntar que «si los técnicos avalan el cierre, no me temblará el pulso para llegar hasta el final». Lo cierto es que el tiempo pasa, la paciencia se agota y la ansiedad y el malestar entre los vecinos crece.
Fuera del Ayuntamiento, también han mostrado su indignación los trabajadores del taller de personas con discapacidad de Usoa, medio propio del Consistorio, que llevan más de un año tratando de negociar un nuevo convenio.
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