Una mujer logra con 86 años la incapacidad total tras trabajar inhalando amianto

La vida de Matilde G. V. ha cambiado a sus 86 años. Esta mujer, que padece asbestosis y asma mal controlado, enfermedades pulmonares y respiratorias derivadas de su trabajo como tejedora de amianto en la fábrica de Montero en Barakaldo, entre los años 1955 y 1963, acaba de lograr que se le vea reconocida la incapacidad permanente total por parte de la Seguridad Social de Bizkaia.

La exposición diaria y la inhalación de las fibras de asbesto, de las que está compuesto el amianto, pueden producir dificultades para respirar; la formación de mesotelioma, células malignas que se forman en el revestimiento del tórax o el abdomen; y asbestosis, una cicatrización del tejido pulmonar que vuelve estos órganos rígidos. Esto último es lo que le ocurre a Matilde. Tras conocer hace meses en la radio la resolución positiva de dos casos anteriores de antiguas trabajadoras de esta misma fábrica, esta mujer se puso en contacto con la Asociación de Víctimas de Amianto de Euskadi (ASVIAMIE) que la asesoró para lograr ganar también la batalla.

En su caso, después de que un neumólogo corroborara las sospechas, de haber sido incluida en el listado de trabajadores expuestos al amianto y de la pertinente reclamación a la Seguridad Social de las prestaciones económicas correspondientes por enfermedad profesional, esta resolución supone pasar de cobrar unos 500 euros del SOVI, el Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez, a ingresar poco más del doble, disfrutando de una pensión de 1.170,5 euros.

«Hasta entonces Matilde ha vivido sobre todo gracias a la pensión de su marido, que actualmente está enfermo, y de la ayuda de la familia. Está ahora que no se lo cree», relata a este periódico Jesús Uzkudun, miembro de ASVIAMIE, quien asesora a todos los extrabajadores de Montero, empresa en la que él mismo trabajó, lo que le ha provocado también asbestosis.

El proceso, pese a lo que pueda parecer, no ha sido largo. Empezaron a moverlo todo en febrero, y la resolución les acaba de llegar. «Teníamos la esperanza de que le dieran la incapacidad absoluta, se ha quedado en el límite, pero de aquí a un año se le revisará y podrían dársela», cuenta Uzkudun.

«Se ha demostrado que se puede, aunque los trabajadores estén ya jubilados -en 2022 lo logró otra mujer con 88 años-. Tratándose de esta empresa muchos abogados hace algunos años se resistían a luchar por este derecho, al aparecer informes que estaban poco más que comprados. Los médicos de cabecera también hoy en día suelen hacer comentarios del tipo 'seguro que no vas a conseguir nada', y se tiende a no solicitar esta incapacidad«, relatan desde ASVIAMIE, animando a todas las mujeres que han pasado por Montero en su juventud, «que son muchas», y que cuentan con problemas respiratorios y pulmonares, a que sigan estos pasos.

En la asociación de Víctimas de Amianto de Euskadi aplauden esta decisión pero están aún impacientes por la tardanza en la puesta en marcha por parte del Gobierno central del reglamento de desarrollo de la ley de creación de un fondo de compensación para las víctimas de amianto, que pretende resarcir a los afectados sin que tengan que pleitear, que desde enero tenía que estar ya aprobado. «Nos están tomando el pelo», declaran disgustados.

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