El acto ante los alumnos se ha desarrollado en el edificio Ilgner, que acoge el BIC Bizkaia Ezkerraldea. S. LL.

«Toda la Margen Izquierda forma parte de mi mitología familiar, como un recuerdo lleno de fábricas»

El multipremiado escritor Juan Manuel de Prada ha ofrecido una lección inaugural en el colegio Salesianos de Barakaldo, donde estudió su padre, por el 125 aniversario del centro

Sergio Llamas

Viernes, 16 de septiembre 2022, 17:14

El multigalardonado escritor Juan Manuel de Prada se ha reencontrado este viernes con el Barakaldo de sus recuerdos. El novelista ha ofrecido una lección inaugural al alumnado del centro Salesianos de la localidad fabril, que este año celebra su 125 aniversario, y se ha reconocido emocionado de acudir a un colegio «en cuyas aulas estudió mi padre cuando era niño». «Él trabajó en Sefanitro desde que era adolescente, y yo nací en el Hospital de Cruces. Para mí estar aquí es algo que remueve cosas muy profundas dentro de mí, y que tienen que ver con los recuerdos familiares y con las mil cosas que me han contado en casa mientras crecía», ha explicado el autor de libros como La Tempestad (Premio Planeta 1997), La vida invisible (Premio Nacional de Narrativa) o El séptimo velo (Premio Narrativa Breve).

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Prada, que este año se ha doctorado en filología en la Universidad Complutense de Madrid, donde reside, y que ejerce de articulista en varios medios como ABC o el XL Semanal, ha defendido ante los alumnos la importancia de cursar Humanidades, y se ha mostrado optimista con las generaciones más jóvenes. «No hay ninguna razón para el catastrofismo. No son menos críticos, ni más idiotas, aunque es cierto que lo tienen más difícil porque están constantemente tentados por el espejismo que produce la tecnología», ha reflexionado. El escritor de origen baracaldés ha animado a los estudiantes a reducir paulatinamente su uso del teléfono móvil. «Son una renovación de la promesa demoníaca que os dice: 'tendréis el mundo en vuestras manos, seréis como dioses', pero que os convierte en criaturas nerviosas y hace añicos vuestra capacidad de concentración, y vuestra sed de conocimiento», ha manifestado.

Prada ha rememorado tras la jornada que una parte de su familia vivía en el barrio bilbaíno de San Ignacio, mientras que las amistades de sus padres residían en Sestao. «Toda la Margen Izquierda forma parte de mi mitología familiar, como un recuerdo lleno de fábricas. El de entonces es un Barakaldo totalmente distinto al que he visto ahora, hasta tal punto que parece que haya habido una ruptura excesiva con aquel mundo industrial del que ya parecen quedar sólo restos arqueológicos», ha incidido el autor, que ha mostrado su temor ante el vuelco dado hacia el sector terciario. «La industria vasca tendría que haberse regenerado. Creo que el abandono de lo que era ha sido excesivo, y que en general hemos optado por modelos económicos peligrosos en un mundo en el que vamos a necesitar ser cada vez más autosuficientes. Euskadi siempre tuvo una vocación industrial y comercial, y sería peligroso que renunciara a ella», ha advertido.

Visión utilitaria

La ofrecida por el novelista ha sido la segunda lección inaugural que organiza el centro baracaldés, tras la mantenida el año pasado por Pilar Ponce Velasco, miembro del Consejo Escolar del Estado. Prada ha dedicado su ponencia a reivindicar el conocimiento del lenguaje y del acerbo del saber. «Cuando tenemos una visión absolutamente utilitaria de las cosas tendemos a pensar que las Humanidades no son útiles, pero la misión de la Educación no es crear personas para abastecer el mercado, sino para cambiar el mundo», ha alegado.

En este sentido, el escritor y columnista ha recordado a los estudiantes de bachillerato que hoy pueden llegar «más lejos que Platón, que San Agustín o que Santo Tomás, no porque seamos mejores que ellos, sino porque nos ponemos sobre sus hombros», y ha alertado sobre los riesgos de renunciar al conocimiento legado por ellos.

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En su encuentro con el alumnado, en el edificio Ilgner, también ha respondido a las preguntas planteadas por los estudiantes, que le interrogaron sobre su infancia cuando inició sus estudios sabiendo ya leer y escribir gracias a su abuelo. «Me dio una precocidad brutal que me marcó mucho y me convirtió en un niño obsesionado con las palabras», les ha reconocido en un acto que también ha sumado la participación de la alcaldesa, Amaia del Campo, del director del centro educativo, Manuel de Castro Blanco, y del jefe de estudios, Oscar González López.

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