«Eskorbuto simbolizaba la realidad que vivíamos en el pueblo»

Javi Negro y Jabi Arroyo visitan uno de los puntos clave en la historia de Eskorbuto: el bar The Wagon, antiguamente llamado El Jandro´s. Un emblemático garito de Santurtzi que solía frecuentar la banda de punk y donde surgió el nombre de un grupo rompedor, de leyenda, cuyo éxito llegó a numerosos puntos del planeta. Fervientes admiradores y amigos del trío de punk, conforman el colectivo 'Los demenciales chicos acelerados', el título del tercer disco. Con inagotable energía y su inseparable chupa de cuero, ambos se sientan a recordar para este diario aquella época.

Primero dorada, con dos músicos que derrochaban talento e imaginación componiendo canciones increíbles con mensajes reivindicativos que calaron hondo en la juventud, pero también hubo tiempos con tintes tenebrosos, oscuros, especialmente en sus últimos coletazos como grupo cuando la heroína truncó las vidas de sus dos líderes, Iosu Expósito y Jualma Suárez. 25 años después de sus muertes, el objetivo de este colectivo ha sido que la banda obtenga el merecido homenaje que se merece en su pueblo.

Arroyo, integrante de Subversión X, ya promovió en 2007 la instalación de la estatua de Iosu, coincidiendo con el 15 aniversario de su fallecimiento. Desde hace unos meses, los dos 'Javis' impulsan la creación de un mural que se inaugurará el 31 de agosto, en fiestas del barrio de Mamariga. Será una imagen con los rostros de los tres miembros del grupo -incluido Pako Galán, el único vivo-, de 26 metros de longitud, que ha sido posible gracias a la recaudación de un concierto.

El guitarra y voz de Subversión X empezó a escuchar a Eskorbuto por sus hermanos. «Vi que esa música era la hostia, me sentía totalmente identificado con ella». Veía en ella cosas que veía suceder en el barrio. «Era algo que simbolizaba la realidad que vivíamos en el pueblo», explica. Negro tuvo la suerte de escucharles desde sus inicios. Hace 37 años estuvo en un concierto que dieron en El Arenal; antes incluso de que realizaran su primera maqueta. «Estuve en sus primeros conciertos, les he oído toda la vida. Para mí, la primera maqueta y el primer single siempre han sido lo más potente».

'Jodiéndolo todo' y 'Mucha policía, poca diversión'. Un trabajo genuino y puntero, pero que resultó ser bastante polémico, ya que la banda fue encarcelada en Madrid en 1983 a raíz de estos temas. Se les aplicó la Ley Anti-terrorista por canciones como 'Maldito país', 'Escupe a las banderas', 'El exterminio de la raza del mono' y 'E.T.A.' -la cual fue censurada-, entre otras. «La censura les pasó factura, pero ha hecho que después de muertos la situación cambiara», indica Jabi.

Se trata de un grupo a cuyos conciertos asistían alrededor de «400 ó 500 personas, pero hoy en día, si tocaran, la cifra ascendería a 5.000 ó 10.000, y puede que más», añade convencido. «La muerte enaltece». Jualma, de hecho, le dijo una vez a Arroyo que «cuando nosotros estemos muertos seguirán sacando cosas nuestras». «Fue una profecía. Si hubiera jugado a la lotería le habría tocado el Gordo, porque dio en el clavo».

Este fan de la banda recuerda con cariño las charlas, las risas y, sobre todo, sus conciertos. La fuerza y el derroche de energía que transmitían sobre el escenario, incluso cuando ya estaban enfermos, dejó huella, más allá de estas fronteras. Sin embargo, esa energía y determinación no eran lo único que llamó la atención de estos dos entusiastas de la banda. También «las maneras de no comulgar con nadie, de pasar de todo lo establecido», explica Javi.

El miembro de Subversión X rememora alegremente cuando, siendo un crío, entre los chavales del municipio era un juego «verles pasar, gritar 'Eskorbuto' y escondernos tras los coches». «Ahora es un grupo que está mitificado, se escucha en muchos países de habla hispana, pero aquí eran gente del barrio, conocidos, los tratábamos de tú a tú», comenta. El músico destaca esa cercanía con ellos y, a la vez, «sus textos, sus letras y su autenticidad».