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Magullado, dolorido y con una gran rabia e impotencia. Así es como ha iniciado este 2025 Enrique Leal, vecino de Trapagaran, después de haber recibido una paliza en la madrugada de Año Nuevo a escasos metros de su vivienda, cuando se disponía a volver ... a casa a descansar junto a su esposa tras haber festejado juntos la Nochevieja. Una lluvia de golpes, principalmente en la cara, que le envió directo al hospital.
Todo sucedió en pleno centro del municipio, en la avenida Primero de Mayo, sobre las 05.30 horas. La pareja empezó a escuchar insultos dirigidos hacia la mujer, que procedían de un grupo de jóvenes de la localidad a los que no conocían. Molestos por esa falta de respeto, Enrique no dudó en exigir una disculpa, recibiendo una respuesta bien distinta de la esperada. «Varios de ellos se me echaron encima sin mediar palabra, y no recuerdo mucho más. Empecé a recibir golpes en la cara y caí al suelo. Yo solo intentaba taparme, pero ni siquiera pude defenderme. Todo fue muy rápido», ha relatado este jueves a EL CORREO.
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Mientras llegaba la ambulancia, que le trasladó de inmediato al hospital de Cruces, este vecino de Trapagaran, «chorreando de sangre», fue atendido por otro grupo de jóvenes que se encontraba en la zona, y que grabó todo con su teléfono móvil. Un vídeo que está en posesión de la Ertzaintza, que tal y como confirmó a este periódico ha abierto una investigación para esclarecer los hechos.
En la denuncia por un delito de lesiones que Enrique interpuso horas después en comisaría consta que los presuntos autores de la paliza fueron tres jóvenes. Por su apariencia, la víctima señala que eran menores de edad. «Eran nacionales y tendrían entre 15 y 17 años, como mucho. El propio médico, al atenderme, me dijo que se notaba que eran jóvenes, que si esos golpes me los hubiera dado un adulto me habrían desfigurado entero. Por suerte no he tenido ninguna lesión grave ni tampoco fracturas», cuenta.
Lo que sí le ha dejado este desagradable incidente es un ojo morado y alguna pequeña herida. «A nivel psicológico no estoy mal, por cómo soy yo, una persona que no suelo agobiarme por las cosas, pero algo sí siempre te afecta. No me ha hecho ninguna gracia, y si no me hubiera pasado a mí le hubiera pasado a otra persona. Lo que no entiendo es qué buscaban, si lo hacían por diversión, porque lo normal es que se metan con gente de su edad, no con personas de 40 años».
Enrique señala que lo que le ha sucedido a él «es la gota que ha colmado el vaso». Es un grupo, dice, «del que ya se han quejado más vecinos» por otros incidentes, como intentos de robo. «Además de ellos hay otros grupos más, y encima han quitado el turno de noche de la Policía Municipal, con lo que hay sensación de inseguridad, de que es un pueblo sin ley». Este periódico ha contactado sin éxito con el Ayuntamiento, que hace unos días afirmó que el cambio de horarios de debía a «incumplimientos del calendario» y que existía un acuerdo con la Ertzaintza para acudir por las noches en caso de producirse incidencias.
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