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Lo que en el siglo XIX fue una elegante casa de campo, es desde hace una década uno de los rincones abiertos al público más ... especiales de Barakaldo. La finca Munoa, declarada como bien cultural con la categoría de Conjunto Monumental, abarca 65.000 metros cuadrados, entre Cruces, Llano y Lutxana, que se han convertido desde 2015 en un gran refugio climático para los vecinos. Un bosque urbano con más de 600 árboles y 100 arbustos, que cuenta también con un estanque y con bancos de cerámica con pasajes de El Quijote.
Pero sin duda lo que sobresale en este lugar es el palacio construido en torno a 1860, que fue transformado en una mansión francesa de estilo segundo imperio. Desde hace unos meses se está rehabilitando para garantizar su estabilidad estructural e impermeabilización. En su interior cuenta con numerosos tesoros, como una escalera imperial y unas vidrieras de 1918. Cuando terminen las obras podrá volver a ser disfrutado con visitas guiadas.
El abrir esta finca le costó al Ayuntamiento más de 30 años de espera y 18 millones de euros –cinco destinados al pago de intereses–, además de varios juicios con la familia propietaria, por la disconformidad en la cantidad acordada por el Jurado Territorial de Expropiación Forzosa. Todo este terreno fue adquirido hacia 1860 por Juan Echevarria La Llana, alcalde de Bilbao y fundador del Banco Bilbao, que fijó allí su lugar de veraneo. Esta residencia la heredó su nieto mayor, Rafael Echevarria, y luego pasó a manos de su cuñado, el empresario vasco Horacio Echevarrieta, fundador de la compañía aérea Iberia e Iberduero, entre otras empresas, todo un magnate de la época.
Desde su apertura, que dejó fascinados a los vecinos de la zona, ya se han destinado unos 3,9 millones de euros –procedentes de fondos municipales, del Gobierno vasco y de Europa– para realizar reformas en el palacio y en la finca, donde se está construyendo una oficina de turismo en el antiguo edificio de las cocheras. «Éste es uno de nuestros grandes símbolos patrimoniales, que destaca por su valor arquitectónico y natural y por su vinculación con figuras clave del desarrollo industrial de la ciudad. Su ubicación estratégica la sitúa como una perfecta puerta de entrada al turismo industrial», ha declarado a este periódico la alcaldesa, Amaia del Campo (PNV). «Desde el Ayuntamiento trabajamos para que este espacio no solo conserve su memoria, sino que siga vivo y accesible, como parte fundamental del Barakaldo del presente».
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