Desalojan una casa okupada en Barakaldo tras más de una década de denuncias

La ejecución del desalojo se realizó por el Juzgado de Primera Instancia de Barakaldo. En su interior había varios individuos y tras esta actuación el inmueble fue devuelto a su legítimo propietario. Tal y como declaran residentes en este barrio, hace años que esta vivienda, un viejo caserío, se quedó vacía al no poder hacer frente a los pagos de la hipoteca sus dueños anteriores. «Les desahuciaron y después se metieron estos otros, a los que hasta ahora no han conseguido echar». Tras haberla puesto a la venta hace unos meses -figuraba en algunos portales inmobiliarios con la reseña de «inquilinos en su interior»-, su dueño actual pudo acceder ayer al interior y comprobó «el mal estado» en el que había quedado, indicaron desde el Consistorio. Según afirmó, estas personas han generado «un clima de tensión en la zona» en los últimos años.

Y es que debido a su presencia, a los robos que se sucedían en el entorno, y a los insultos y amenazas que proferían estas personas a los viandantes, el Ayuntamiento decidió instalar en esta calle, en 2021, tres cámaras de seguridad conectadas con la Policía Local, tras una demanda ciudadana que reclamaba más seguridad en este punto, próximo a dos colegios.

Frente a este inmueble hace casi un año que la Policía Local precintó los accesos a un pabellón «ante el riesgo para la salubridad y seguridad de las personas», después de localizar en su interior a seis menores pernoctando. Dentro encontraron, además, un coche presuntamente robado y comprobaron que desde esta nave, fuera de ordenación urbana, se estaban vertiendo las aguas fecales al río Cadagua y a la vía pública. Vecinos de la zona vinculan este otro asalto al de la vivienda. En ambos espacios personal técnico de Iberdrola procedió en julio al corte del suministro tras comprobar que se había realizado un enganche ilegal al alumbrado público.

Plan de regeneración

El concejal de Seguridad Ciudadana de Barakaldo, Ángel Madrazo, resaltó la importancia de «garantizar la seguridad y la estabilidad en los diferentes barrios del municipio» y de poner fin «a un conflicto que ha marcado la convivencia en Burtzeña durante décadas». Los vecinos de esta zona han reclamado en numerosas ocasiones la puesta en marcha de un plan integral de regeneración y más seguridad y han afirmado sentirse «abandonados», «en un gueto».