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El edificio del antiguo colegio La Milagrosa de Barakaldo cerró sus puertas en 2017 con 350 alumnos, después de más de seis décadas de lecciones de vida impartidas por las Hijas de la Caridad. Un adiós envuelto en polémica, ya que la dirección del colegio ... llegó a remarcar que su marcha se había debido a «fuertes subidas del alquiler» por parte de la Fundación Miranda, que se propuso posteriormente utilizar el inmueble para la misión con la que el benefactor creó la institución, que no es otra que la de acoger y cuidar a ancianos, como ya realizan a escasos metros, en su residencia y en su centro de día.
En este otro lugar, una construcción singular ubicada frente al hospital San Eloy, que está protegida como patrimonio histórico y que ha sido objeto de los vándalos, trazaron un proyecto para convertir las aulas en habitaciones y salas de cuidados del primer centro de mayores especializado en personas con discapacidad intelectual y trastornos de salud mental. Un servicio inédito en todo el entorno, con el que esperan poder ofrecer un total de 61 estancias individuales para usuarios, distribuidas en las tres plantas con las que cuenta este edificio. Debido a su protección, mantendrán las escaleras existentes, por las que desfilaban hasta hace unos años numerosos niños, y otra serie de elementos, como sus coloridos azulejos. Todo ello fue frenado por la guerra de Ucrania y la subida de los precios, que después de una década del cierre del colegio la Fundación Miranda tiene pensado retomar, a partir de 2027.
Y es que tanto el pasado curso, como el presente y también el próximo ejercicio, lo destinarán, según ha decidido el Patronato, a modo de «periodo de reflexión», a la búsqueda de financiación y a establecer los parámetros en los que se acometerá esta obra, que en un principio fue presupuestada en unos 9 millones. «Cuando lo teníamos ya casi cerrado, en licitación, estalló la guerra y subió a casi 14. Nos lo cambió todo», ha explicado a este periódico el director de la Fundación, Rafael Carriegas, quien reconoce que en la actualidad no disponen de «la capacidad económica suficiente» para abordar el proyecto sin contar con ayudas o subvenciones. Por eso, y por su voluntad de ampliar su modelo de cuidados a personas en la etapa final de su vida, han decidido mantener y abordar este «reto».
Para ello han decidido esperar a que haya un mejor panorama en el escenario económico, y a poder contar con algún 'socio'. Descartados los fondos Next Generation para la obra en su conjunto, se han reunido en varias ocasiones con la Diputación, y aunque les han trasladado su imposibilidad de poder financiar el proyecto, tal y como ha contado Carriegas, «pensamos que puede haber un camino de desarrollo el día de mañana ya que cuentan con nuestro patrimonio para intentar ayudar a grupos humanos o a quien corresponda».
En las cercanías del antiguo colegio, donde hubo una guardería, ya dieron forma en 2021 a un centro de día. Este año lo que sí acometerán será la ampliación de las zonas verdes de sus residentes, que alcanza actualmente los 260, y a los que brindaron hace apenas unos días una fiesta de Nochevieja anticipada, en la que la protagonista de la velada fue Maria Jesús y su acordeón, famosa cantante en los ochenta por 'Los Pajaritos'.
Una obra, que ya está adjudicada, que permitirá transformar el antiguo patio del colegio, que da a la calle, donde aún se pueden ver viejos juegos infantiles, frente al hospital de San Eloy, en un jardín, ampliando así el área de esparcimiento para los mayores de la residencia.
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