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Isabel, al frente de Hernández Joyeros, espera celebrar el medio siglo de su negocio con «salud, ánimo y los mejores clientes, como ahora». D. M.
Cuatro décadas brillando en Santurtzi

Cuatro décadas brillando en Santurtzi

Hernández Joyeros, un comercio con historia de la calle Juan XXIII, celebra el aniversario con sus clientes, a quienes agradece su confianza

Diana Martínez

Santurtzi

Jueves, 16 de enero 2025, 16:44

Con el corazón lleno de ilusión y la experiencia adquirida en otros talleres, José Luis Hernández y su escudera, María García (más conocida como Conchi), arrancaron en 1984 Hernández Joyeros, un comercio que nació como un «sueño valiente forjado por el amor y la dedicación». La suya es una historia de «pasión infinita», recalca Conchi. José Luis, un «maestro en el arte de la joyería, dedicaba incontables horas en su mesa, la 'aspillera', diseñando y creando cada pieza con una destreza excepcional», añade. Su conocimiento profundo de las joyas y su compromiso con la perfección fueron la base del legado de este establecimiento que está de aniversario: cumple cuatro décadas de vida.

Mientras José Luis creaba, Conchi transformaba el entorno con su talento en la decoración y en el diseño de escaparates, haciendo que cada rincón de la joyería brillara y reflejara la belleza de las piezas. Juntos formaban un tándem perfecto, con la destreza artesanal de él y la creatividad e imaginación de ella, con los que «cada creación tenía que ser perfecta, nacida del amor por los detalles y de una profunda conexión con quienes la llevarían puesta», subraya Conchi. Surgió así algo «único», y es que «quien estaba al frente tenía su propio taller. No solo arreglaba, creaba joyas desde cero. No muchas joyerías tenían eso», apunta Isabel, la hija de ambos, que hace veinte años y tras el fallecimiento del progenitor, apostó por el relevo generacional sumándose a un negocio familiar que ha sabido mantenerse en el tiempo.

Imagen antigua de su padre, José Luis, creando piezas. Hernández Joyeros

La clave del éxito, asegura, es la permanencia. «Ser actuales, profesionales y ofrecer calidad, confianza y cercanía», afirma con orgullo Isabel, que ha actualizado el establecimiento, ubicado en la calle Juan XXIII, dándole un toque moderno pero manteniendo un estilo clásico. Y, por supuesto, es importante tener presencia en las redes sociales. De hecho, cuenta con una página web donde poder ver los productos y comprar 'online'. Aunque, añade, vende más en la tienda a pie de calle.

Una «buena inversión»

Llegar a los cuarenta años no ha sido un camino fácil. La crisis de finales de los 90 fue una «mala época tanto para las tiendas como para los proveedores. Se ralentizó el negocio y obligó a abaratar los precios. Antes era el oro el principal, pero la plata comenzó a ganar peso», relata la profesional. No obstante, volvieron a dar su importancia al oro y a las piedras preciosas. «Ahora está a un precio alto, pero aun así la joyería en oro siempre va a ser una buena inversión». Y siempre con diseños actuales y de calidad, tanto nacionales como de Italia y Portugal. Por otra parte, aunque la pandemia fue «dura» también, la vuelta «fue muy bonita, la gente no se olvidó de nosotros».

Todo trabajo da sus frutos. Y se ha materializado en cuatro décadas con la persiana abierta y una clientela de lo más fiel, a quien Isabel quiere agradecer el camino recorrido juntos con una fiesta, sorteos, descuentos y campañas de promoción de diferentes productos a lo largo del año. Un incentivo para alcanzar el medio siglo «con salud y el mismo ánimo». «Esperamos poder celebrar el 50 aniversario con los mejores clientes, como ahora».

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