Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
SERGIO LLAMAS
BARAKALDO.
Miércoles, 4 de septiembre 2019, 02:00
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Apenas diez meses después de que Barakaldo completara su primera gran reforma del Jardín Botánico, el agua del estanque vuelve a ser de un llamativo color verde y algunas escaleras se encuentran deterioradas y con riesgo de caídas. Así lo ha advertido el portavoz de Elkarrekin Barakaldo, Eder Álvarez, que ha denunciado la situación de dejadez que presentan algunos espacios de este parque pese a la inversión de 300.000 euros acometida el pasado año. Por su parte, el equipo de gobierno del PNV señaló que la calidad del agua es la adecuada y recordó que la tonalidad varía en función del calor.
«La imagen del estanque es exactamente la misma que denunciamos hace dos años», subrayó el representante de la coalición que aglutina a Podemos, Ezker Anitza-IU, EQUO y vecinos independientes en Barakaldo. Álvarez criticó el aspecto «descuidado» de algunas plantas cuyas hierbas han crecido más de lo habitual, y el riesgo que suponen las escaleras de bajada hacia las torres de San Vicente. Varias de las baldosas que cubren sus peldaños se encuentran incompletas. «Esa zona tiene pinta de que no se ha tocado desde que se hizo y están para que algún día se mate alguien», denunció.
En el equipo de gobierno anunciaron que ya han pasado un aviso a las brigadas para que revisen el estado de las escaleras. Las obras realizadas el pasado año en el Jardín Botánico Juan Ramón Rubial, inaugurado en 2001, trajeron la sustitución de los adoquines que se estaban levantados en los caminos o la limpieza de la goma que protege el parque infantil, entre otras labores. Además se han puesto traviesas y se ha rellenado la zona del arroyo con nuevas especies de árboles.
Las obras, que han sido financiadas por el Consorcio de Aguas como parte de la compensación que le corresponde a Barakaldo por la construcción del tanque de tormentas para la depuradora de Galindo, se centraron en la zona del estanque. Antes, ésta sufría filtraciones.
Así, se renovó el sistema de impermeabilización y se instalaron nuevos desagües y arquetas. También se mejoró la conexión a la red de saneamiento y se modernizó la maquinaria de la sala de filtrado bajo la lámina de agua, a fin de duplicar la anterior bomba de achique. El objetivo, como anunció la propia alcaldesa Amaia del Campo era obtener un agua «más limpia y controlada». Además, la actuación ayudó a poner nuevamente en marcha las cascadas que parten del estanque.
En el Ayuntamiento fabril incidieron en que el agua del estanque está controlada y se limpia de manera habitual con una redecilla. «Al ser un estanque y tener animales tiene ese tono verdoso. Se debe a las bacterias de las plantas necesarias para que haya vida en él», razonaron. En el Consistorio recordaron que los trabajadores del taller Usoa mantienen las plantas en el estado adecuado. «En función de la época se actúa en unas u otras», detallaron.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.