«Si la campa cede más por la filtración, me quedo sin casa»

Desde entonces, alerta, la situación solo ha ido «a peor». «Cada vez hay más zonas encharcadas, se hunde el pie al pisar y perdemos más terreno», expresa la propietaria. Antes de sufrir estas fugas, su campa estaba a la par que la linde del vecino, pero ahora la distancia entre ambas zonas es de al menos «dos metros». La rotura del colector de aguas fecales ha afectado no solo a sus tierras, también a su salud. Y es que en su solar había una huerta con todo tipo de cultivos. «Debido al escape, las verduras plantadas se infectaron», y tras su ingesta tanto Sonia como su pareja contrajeron una enfermedad derivada de la bacteria ecoli, que les produjo serios problemas de estómago. Fruto de aquel episodio, su mujer tuvo importantes secuelas y «ahora tiene que medicarse de por vida» para contrarrestar los efectos nocivos.

Desde el Consistorio, el alcalde, Iñaki Urrutia, señala a este diario que recientemente se han hecho reparaciones en una arqueta y una tubería exterior a la vivienda afectada, con el fin de «arreglar la filtración». «Para confirmarlo, falta revisar mediante una cámara la tubería trasera de la parcela con la intención de conocer su estado y determinar qué actuación es la más acertada. Estamos en contacto con la empresa para acordar una fecha. Esperamos que sea lo antes posible», añade el regidor jeltzale.

Del Valle, por su parte, se siente «desesperada» y espera que «las palabras no se las lleve el viento», subraya. Advierte, además, que si se sigue alargando la situación, «me planto con una pancarta y megáfono ante el Ayuntamiento y lo denuncio en Sanidad».