EH Bildu propone proteger y proyectar al alto horno de Sestao por su valor cultural

El parlamentario de EH Bildu Iker Casanova ha registrado una proposición no de ley en el Parlamento «para defender, mantener y poner en valor» el alto horno de Sestao y darle así una mayor proyección social, ya que «desde que en 1848 se encendió el primer horno en la fábrica Santa Ana de Bolueta los altos hornos han sido probablemente el elemento más significativo en el paisaje de la ría de Bilbao», ha señalado.

El horno se construyó en 1959 y estuvo en funcionamiento hasta 1995 y, tras salvarse del derribo cuando desapareció Altos Hornos de Vizcaya, en 1999 recibió el máximo nivel de protección como Bien Cultural en la categoría de Monumento. Hoy, según la Ley de Patrimonio Cultural Vasco de 2019, está declarado bien cultural de especial protección. EH Bildu considera que este reconocimiento «no ha supuesto garantizar el adecuado mantenimiento y protección del horno», donde, según ha denunciado la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, recientemente se ha llevado a cabo un expolio en el que se han sustraído distintos objetos cables, manómetros para medir la presión y algún elemento de bronce del panel de mandos además de causar daños en la instalación. La iniciativa parlamentaria, por ello, insta al Gobierno de Lakua, a la Diputación de Bizkaia y al Ayuntamiento de Sestao a que adopten medidas para evitar ese expolio.

No obstante, la propuesta de la coalición abertzale va más allá. En línea con la Ley de Patrimonio Cultural Vasco, pide al Gobierno y a la Diputación que promuevan una alianza –una fundación o similar– entre administraciones públicas y entidades privadas que «defienda, mantenga y ponga en valor el alto horno teniendo en cuenta el proyecto del Ayuntamiento de Sestao y el plan de actuación encargado por el propio Gobierno».

EH Bildu propone asimismo «recuperar los elementos materiales que conforman la historia de este pueblo en el ámbito del trabajo, como los instrumentos propios de la revolución industrial»; en este sentido, pide que estos, «en la medida en que constituyen la base de nuestra memoria, sean incluidos en el mapa de bienes culturales inmateriales que está elaborando el Ejecutivo».