El barrio de Gorostiza resplandece y brilla por Navidad en Barakaldo

Como si de un pueblo de EE UU se tratara, el barrio baracaldés de Gorostiza se vuelca con la Navidad, involucrando a la gran mayoría de sus vecinos. Aunque son ellos los propios protagonistas ya que sin iluminación municipal, son numerosas las viviendas que resplandecen con fascinantes decorados que atraen a personas de otras localidades. Una iniciativa que empezó en 2018, de la mano de la comisión de fiestas, como un concurso, después de que un par de residentes se animaran a colocar luces en sus fachadas, y que se ha convertido en una tradición y sobre todo en un gran reclamo.

«Se trata de darle ambiente al barrio, que se palpe el espíritu navideño y que los niños disfruten», declara Carmelo Villanueva, presidente de la agrupación vecinal. Antes, se daban premios a los participantes, pero se ha preferido dejar la competición a un lado y que sirva solo a modo de pique sano entre los vecinos, sorprendiendo a todos con sus espectaculares montajes. Esto ha propiciado que esta zona, una de las más rurales de la urbe vizcaína, a la que acuden numerosos baracaldeses y de otros municipios por el día a disfrutar de la naturaleza, también esté llena de visitantes cuando cae la noche.

«Esto es precioso, hemos venido desde Sestao solo para verlo», declara Amaia Conte, observando la decoración de Txomin Alfonso y Encarni Gómez. «Empezamos hace 13 años con un árbol y mira», cuenta ella, señalando su jardín lleno de adornos, entre ellos un belén con Olentzero y Mari Domingi. La principal novedad de este año es un cañón de espuma, a modo de nieve, que hace las delicias de los más pequeños. También cuentan con un buzón para echarle las cartas al carbonero, que vacían cada pocos días. Sandra y Jose, desde el centro de Barakaldo, acudieron a él esta semana con sus tres pequeños para depositar sus deseos. «Nos han llegado a decir que hay niños que incluso van a visitar la casa del Olentzero en Mungia y se niegan a dejar allí la carta, vienen aquí a entregarla», cuenta aún incrédulo Txomin.

Otra de las casas que destaca es la de Iratxe España y Aitor Hernández. «Con varias pedreas que nos tocaron en la lotería el año pasado hemos comprado varios renos, un oso gigante y muñecos de nieve», declaran, sin desvelar el montante de toda la inversión. Estos elementos los tienen colocados en su jardín, junto a un tren hecho a mano por esta mujer y su hija Iraia. «Nos encanta la Navidad y con esto disfrutamos mucho», aseguran a este periódico.

Además de la iluminación también llama la atención el belén hecho a mano por Óscar Franco, al que no le faltan detalles, en el que está representado el carrejo de bolos -el original también está iluminado-, punto de encuentro de los residentes en el barrio fabril.

Al margen de todo ello, el acto en Navidad que más gente atrae hasta Gorostiza es la llegada de Olentzero, «el más auténtico de todo Barakaldo», presumen, que este sábado, desde las 18.00 horas, espera reunir a más de mil personas, triplicando casi la población de barrio. Tras la kalejira, el carbonero recibirá a unos 300 niños. Para ese día la asociación de fiestas tendrá preparados más de cien litros de chocolate, que servirá con bizcochos, y ofrecerá más de mil pintxos. Además, volverán a poner en marcha una recogida solidaria de juguetes, que serán donados a la ONG Amigos del Pueblo Saharaui.

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