«Barakaldo ha vivido durante la época industrial de espaldas a sus ríos»

- ¿Qué relación tiene Barakaldo con sus ríos?

- Aunque la mayor parte del municipio es rural, urbanísticamente está encauzado en una esquina y rodeado por la Ría, por el Castaños y por el Galindo. Sin embargo, históricamente, y sobre todo en la época del desarrollo industrial, Barakaldo empezó a vivir de espaldas a los ríos. Por pura practicidad, las empresas se pusieron en sus márgenes, y los vecinos eligieron mirar hacia dentro, y como aquello que no ves no lo valoras, eso explica su abandono. Ahora parece que esto está cambiando, y con la percepción real del cambio climático tenemos que ser todavía más conscientes, porque los ríos son fundamentales para combatir las llamadas islas de calor -las acumulaciones de edificios y asfalto que elevan la temperatura- y para mejorar la calidad del aire.

- ¿En qué situación está la fauna y la vegetación de los ríos?

- Se han hecho estudios, como el de biodiversidad que realizó Equinoccio Natura por encargo de Barakaldo Naturala y Eguzki, o el que tenemos en marcha del diagnóstico sobre el cambio climático, y se ve que hay especies que se están recuperando: el visón europeo, el galápago leproso... Es algo que da esperanza. Debemos tener en cuenta que los ríos son fundamentales para la fauna. Suponen un 2,3% del territorio municipal y van de punta a punta, como un corredor natural.

-¿Su recuperación será un proceso muy largo?

- Cualquier acción es un proceso largo, y además hay muchas zonas de dominio fluvial que están ocupadas, como recoge el diagnóstico del Plan de Paisaje para el Cadagua en el que estamos trabajando, pero los ríos son muy agradecidos. Tenemos el ejemplo del Manzanares, en Madrid. Se puso en valor y en poco tiempo aparecieron especies que llevaban mucho tiempo sin verse.

- Actualmente son origen de problemas por las crecidas. ¿Los planes combatirán esto?

- Las acciones más concretas, como la renaturalización del Castaños mejorará su capacidad de absorción. Hay que tener en cuenta que sufrimos una combinación del efecto mareal y las fuertes lluvias, y que las crecidas se producen cuando se dan ambas, pero tras la plantación de ribera que se llevó a cabo junto a Gorostiza, durante la crecida de finales del pasado año ya se vio que no había arrastrado tanto material.

- Aquello fue fruto de la colaboración con los ecologistas. ¿Cómo se está trabajando con ellos?

- La colaboración está siendo muy buena. La renaturalización en sí fue una propuesta de Ekologistak Martxan, trabajando de la mano con el Ministerio de Transición Tecnológica. Ese plan lo hemos recogido como proyecto estratégico y también lo hemos dirigido a otras administraciones como el Gobierno vasco o URA.

- URA tiene ahora en marcha el proyecto para restaurar las riberas del Castaños a su paso por Gorostiza. ¿Qué va a suponer?

- Ensanchar el vaso reducirá la velocidad del agua, y con ello su capacidad de arrastre. Y cambiar el hormigón por tierra mejorará su capacidad de absorción.

- ¿Hoy sería impensable hormigonar un río así en Barakaldo?

-Totalmente. Ha cambiado la forma de ver el urbanismo y ahora, por ejemplo, ya nadie entiende que un entorno no tenga zonas de parques o áreas verdes.

- Pero hace tres años se habló de desviar el río en El Regato por la Variante Sur Ferroviaria.

- Y como municipio nos posicionamos en contra de cualquier afección que suponga una carga para el entorno. Barakaldo ya ha sufrido muchas cargas, y el estudio sobre los efectos del cambio climático nos está apuntando que las infraestructuras que más efecto tienen de cara a los gases invernaderos son aquellas no municipales, como el nudo viario. No es cuestión de decir sí o no a las infraestructuras, pero sí de reducir sus efectos, y se han presentado varias alegaciones.

- ¿Qué papel juegan los vecinos?

- Estamos desarrollando planes de participación ciudadana desde los primeros pasos, para que nos aporten sus juicios incluso antes de ver ningún estudio previo. También les hemos facilitado después el diagnóstico para que hagan más aportaciones. Dentro del plan de acción del paisaje del Cadagua hemos organizado un paseo con los vecinos de Burtzeña y Castrexana, y también nos hemos reunido con empresas, colegios y grupos ecologistas. Es lo que comentaba al principio. La gente ha vivido de espaldas a los ríos, y no ha sido hasta ahora, tras la pandemia, cuando ha comenzado a verlos como lugares de disfrute.