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Casi 80 cuadros, innumerables bastones, recreaciones de barcos y maquetas mecanizadas forman parte de la colección de José Palomar, un vecino de Barakaldo de 84 años que no deja de crear. Tras su jubilación, después de haber sido jefe de sección en una empresa vizcaína de servicios de ingeniería, montaje y mantenimiento de instalaciones eléctricas, se centró en su pasión, el arte y las manualidades, lo que le ayuda a mantener la mente despierta, «y hace que se pase mejor el tiempo».
Parte de lo que imagina en su cabeza y da forma con sus manos se expone hasta el próximo martes en el centro cívico de Cruces. Un espacio en el que resalta su recreación de la grúa Carola, una maqueta finalizada hace apenas unos meses, con todo lujo de detalles, hecha a base de perfiles y remaches de chapas extraídas de lavadoras. Para cortarlas al milímetro tuvo que crear una sierra especial. Aprovechando sus conocimientos de electricidad y mecánica cuenta además con cuatro motores, que le permiten hacer un giro de 360 grados, extenderse, y bajar y subir sus dos ganchos. «Siempre me ha gustado verla y tenía ganas de hacerla. Tuve que darle muchas vueltas para que entraran todos los motores y funcionara», detalla a este periódico, mientras acciona orgulloso su mecanismo.
Un proceso que arranca a partir de fotografías, y posteriores cálculos para ajustar las medidas a escala. Así también recreó en 2021 el Puente Colgante, tras aceptar el reto de un conocido. En ese caso le dio forma con pequeños listones de madera. Una obra de ingeniería en miniatura en la que la barquilla también tiene movimiento, y va de un lado a otro. Cuenta además con canceladoras, ascensores que suben y bajan, semáforos con luz y barreras que se levantan. El mismo año en que terminó esta obra, en plena pandemia, también recreó otro destacado puente del territorio, el de Deusto, al que dotó al igual que estas maquetas, de un sistema eléctrico que permite la apertura de la carretera para dejar paso a los barcos, como se hacía antiguamente.
Con movimiento, este soriano de nacimiento, y asentado en Barakaldo desde hace más de medio siglo, también dio forma en 2019 a un herrero. Al margen de estas miniaturas, lista a la que se suma uno de los barcos de la película 'Piratas del Caribe', el 'Perla Negra', en lo que ha empleado más tiempo desde su jubilación es en pintar cuadros. Empezó con bodegones y ha pintado numerosos lienzos de estampas como la basílica de Loyola, el puerto de Elantxobe o San Juan de Gaztelugatxe con tanto esmero y calidad que parecen fotografías.
Palomar también ha puesto su firma a numerosos bastones, tallados por él mismo, que como los cuadros, suele regalar. «Cuando veo a alguien conocido por el barrio que cojea siempre le termino haciendo uno», declara con una sonrisa. Pese a su edad, sigue marcándose retos. El próximo será recrear el centro de transformación de la empresa donde trabajó. «Se lo comenté al gerente y les hizo mucha ilusión». También tiene pensado llevar a pequeña escala el puente que se construye ya entre Barakaldo y Erandio, el 'All Iron'. Una afición que le está dando la vida.
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