Arranca el derribo del centenario colegio Hijas de la Cruz para albergar pisos de lujo en Santurtzi

La capilla, que data de 1865, será lo único que quede en pie, ya que por orden municipal deberá mantenerse en recuerdo a la memoria de tantos santurtziarras que han pasado por el lugar. Lo demás se echará abajo para construir pisos de lujo en un emplazamiento privilegiado, en pleno centro de la localidad marinera, junto al metro. El plazo de finalización de las obras será de «cinco meses desde el inicio hasta su completa terminación», según el decreto municipal por el que se aprobó la licencia de demolición el pasado mes de octubre.

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En el solar se prevé construir un edificio de un máximo de cinco alturas con más de setenta pisos y un parking subterráneo. Además, fruto del aprovechamiento urbanístico que la constructora debe satisfacer en favor del municipio, la población ganará 1.200 metros cuadrados en los bajos del inmueble, donde se prevé que vaya una biblioteca accesible, así como una gran plaza.

Este es el desenlace de una larga batalla legal que comenzó hace más de quince años con el fin de evitar, sin éxito, el derribo del centro educativo, que lleva un año escolar cerrado y en los últimos meses ha colgado un cartel en el que se podía leer 'Prohibido el paso, propiedad privada'. Durante este tiempo, lleno de incertidumbre y procesos judiciales, los tribunales han fallado a favor del constructor en repetidas ocasiones. La contienda jurídico ha tenido un coste de 600.000 euros para las arcas públicas, ya que el Ayuntamiento se había propuesto salvaguardar el uso original del colegio centenario, amenazado desde 2006 por la venta del solar a una promotora inmobiliaria.

Las sentencias obligaban al Ayuntamiento a tramitar el cambio de uso educativo del centro por el de residencial y poder así construir en ese espacio. El fallo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco en 2021 fue el golpe final que obligó al Consistorio a darse por vencido. «No compartimos la resolución, aunque la debemos acatar», señaló entonces el equipo de gobierno. La dirección del colegio Hijas de la Cruz, por su parte, logró dejar atrás la incertidumbre al unirse al Patronato de Santa Eulalia, donde tras una reestructuración de las instalaciones se ha podido acoger a los casi 600 alumnos de ambos centros.