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ENEKO PÉREZ
TRAPAGARAN.
Viernes, 10 de noviembre 2017, 00:00
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Parece que la escalada de tensión que se ha vivido estos días en el barrio de La Arboleda, en Trapagaran, tras la trifulca de hace un semana en la que una persona resultó herida de consideración por arma blanca está empezando a remitir. Una de las razones para esta creciente calma es que la principal víctima ya está fuera de todo peligro y podría recibir el alta médica en las próximas horas, según confirman a este periódico fuentes municipales. Se trata de un conocido joven de la zona de 39 años que recibió una puñalada en el pecho al intentar evitar que una vecina fuese apaleada.
Además, desde el Consistorio han querido aclarar que el agresor «quedó en libertad hace dos días, pero no ha pisado el municipio. Está en un psiquiátrico y, según nos dicen, por una larga temporada». Al parecer, permanecerá allí ingresado hasta que sea llevado a juicio. Con todo, el propio alcalde, Xabier Cuéllar, admitió ayer que la alarma social creada entre los residentes de este distrito «ha sido tenida en cuenta por el equipo de gobierno». «Es evidente que hay nervios», admitió el regidor municipal, que ha confirmado que uno de los residentes «ha preferido marcharse unos días a otro domicilio hasta que la situación se calme por completo».
Ahora, el trabajo del Ayuntamiento y sus servicios jurídicos es el de «conseguir que esta pareja, que no ha hecho más que dar problemas, no regrese al pueblo», avanzó Cuéllar. Por el momento, el miércoles se produjo una reunión con los arrendatarios del piso donde se alojaban hasta el pasado viernes. El dirigente jeltzale aseguró que «estos también están deseando rescindir el contrato y terminar con una situación que ellos tildan de angustiosa y desagradable». La vía más factible para que la vinculación legal, que termina el 6 de enero, quede invalidada de forma unilateral es una de las cláusulas recogidas en el contrato relativa a «haber generado actividades molestas para el vecindario».
Sin embargo, la presencia inesperada de un tercer inquilino en la vivienda, «subarrendado por la pareja conflictiva, pero que no es un tipo problemático», podría retrasar todo el proceso, para desesperación de unos residentes que ansían «no volver a ver jamás a esos dos individuos por nuestras calles».
Por último, el Ayuntamiento también quiso desmentir ayer «un bulo» sobre que la compañera sentimental del autor del ataque se encuentre viviendo en el municipio. «Los servicios sociales y su casera nos han confirmado que ha entregado las llaves y se ha marchado», sostienen fuentes municipales.
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