Agrede a un conductor de Bizkaibus en Santurtzi
El altercado se produjo tras un incidente de tráfico
El conductor de un Bizkaibus sufrió una agresión en una rotonda del barrio de Kabiezes, en Santurtzi, tras un incidente de tráfico ocurrido en la ... mañana del sábado. Las imágenes del altercado, que fueron grabadas por un testigo y difundidas por las redes sociales, muestran un coche cruzado ante el autobús y cómo el conductor del vehículo, fuera de sí, lanza puñetazos al chófer del autocar a través de la ventana a la vez que intenta abrir la puerta para acceder al interior.
Al parecer, el incidente se produjo después de que colisionaran en la rotonda la unidad de Bizkaibus y el turismo. Según explicaron compañeros del conductor del autocar, uno de los ocupantes del coche entró al autobús y propinó un puñetazo al chófer mientras el otro individuo -al que se ve en las imágenes grabadas- le lanzaba golpes por la ventanilla. Las mismas fuentes indicaron que la víctima cerró la ventanilla para evitar el ataque y que pilló la mano de su agresor.
Fuentes sindicales confirmaron que el empleado de Bizkaibus sufrió lesiones, además de un fuerte ataque de ansiedad, y que fue atendido en un centro sanitario. En el suceso intervino la Ertzaintza, Policía municipal y Bomberos de Bilbao.
Siete ataques
Este último episodio eleva a siete las agresiones -tanto físicas como verbales- que la plantilla ha sufrido en el último año, lo que aviva aún más la preocupación. A mediados de enero de este año, un centenar de conductores de Bizkaibus se concentraron para denunciar el ataque que sufrió una trabajadora de la línea Bilbao-Mungia. Tres chicas le arrastraron de los pelos y le dieron una paliza delante de varios testigos, que no actuaron para protegerla. Los incidentes «son cada vez más frecuentes», denunciaron los trabajadores durante la movilización.
A raíz de ese episodio, y de los casos registrados hasta la fecha, se adoptaron medidas. A la semana siguiente las líneas forales de autobús incorporaron guardas de vigilancia en servicios nocturnos. Todo para evitar que se repitiesen hechos como el de otro trabajador que fue agredido por ir a despertar a un individuo que se había quedado dormido en el vehículo. Pero también para acorazarse ante la «violencia verbal» que, como denuncian desde la plantilla, es algo bastante habitual.
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