El Plan Especial del Casco Viejo enciende el Pleno de Portugalete

«¡No tiraréis mi casa abajo ni me veréis durmiendo en la calle!», gritó una señora antes de abandonar la sala. «Esta escena se debe a las mentiras arrojadas por Bildu y PNV a los vecinos», acusó el edil de Urbanismo, Ángel Anero. Diatribas como ésta encendieron el tono de un debate en el que todos los partidos se jactaron de atender las reclamaciones de los afectados pero que no ganó el beneplácito popular.

PSE y PP aprobaron la moción que presentaron conjuntamente para pedir al Gobierno vasco que modifique el decreto que limita la altura máxima de los edificios del Casco Viejo a planta baja más tres en caso de tener que reconstruirse por motivo de incendio u otras catástrofes. «Creemos que se trata de una estrategia política para poner la pelota en el tejado jeltzale», criticó Izaskun Duque, portavoz de Bildu, que se abstuvo, como el PNV. El decreto de Lakua «sólo afecta a cuatro edificios», indicó. Para el resto de bloques, advirtió, «los técnicos de Patrimonio Cultural nos han explicado que no hay por qué seguir al pie de la letra esa norma».

El grupo abertzale sí respaldó la moción impulsada por los jeltzales, que exigieron la suspensión del plan, la ampliación del plazo de alegaciones y una oficina para su gestión. No obstante, PSE y PP abogaron por continuar adelante con el plan, si bien el alcalde, Mikel Torres, prometió incluir todas las alegaciones «que sea posible».