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La zona en la que se construirá, denominada el sector 7.1, está entre el camping y Sopelmar. MANU CECILIO
Vecinos de Sopela se alzan contra el plan de construir 15 chalés y otra carretera en la costa

Vecinos de Sopela se alzan contra el plan de construir 15 chalés y otra carretera en la costa

El proyecto, denominado 7.1 y reactivado tras la crisis, ejecutará otro vial de acceso a Atxabiribil paralelo al actual

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Viernes, 14 de diciembre 2018, 21:00

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Hay vecinos de Sopela que no quieren más cemento en la costa de su pueblo. Al menos, un grupo de residentes en el entorno de la Avenida Atxabiribil, que han denunciado la futura construcción de 15 chalés entre el camping y la urbanización de Sopelmar. Además, se creará otra carretera al este de la actual, de similar capacidad, flanqueada por aparcamientos hasta la calle Kukullu en lo que ahora son zonas verdes o huertas. Cuando esté finalizada, la actual será de subida y la nueva de bajada a la playa, según apuntaron los residentes. «En toda Europa se tiende a proteger los espacios costeros. Aquí se mete más cemento, cuando lo que deberían hacer es lo contrario: semipeatonalizar este vial y evitar que se construya más. Porque se han cargado la costa», se quejaron.

Además, alegaron que la «excusa» para ejecutar este proyecto son «los nuevos estacionamientos» que van a crear. Cerca de medio centenar. Los vecinos creen que la nueva carretera hará aún más pesados los días de verano, cuando miles de personas toman el barrio para disfrutar de la playa, porque la mayor oferta de aparcamientos atraerá a más aún. El plan se llama 7.1 y se cuece desde hace tiempo. Por eso, saben que tienen poco margen de maniobra para pararlo, aunque sí que anuncian movilizaciones «para hacer ruido» y que el resto de los vecinos sepan lo que va a suceder en este paraje.

Modificar todo el barrio

La actuación afecta a una veintena de familias, varias de ellas propietarias, que tendrán que aportar en mayor o menor medida al plan de urbanización. Algunas deberán ser expropiadas, recibiendo cantidades a cambio pero teniendo que participar en los gastos, y otras verán revalorizada su propiedad cuando termine la tramitación urbanística, ya que podrán construir viviendas de baja densidad en sus terrenos.

Otros residentes, incluso algunos que compraron su casa con el proyecto en marcha, se oponen porque creen que para que sus vecinos ganen, ellos van a perder. «Y no solo terreno. Mi casa se devalúa para que otros puedan hacerse un chalé», criticó uno de los afectados. Además, señalan que el plan también beneficia a unas parcelas que están al oeste de la Avenida Atxabiribil, que se convierten en urbanizables, algo que ven como un «sinsentido». Y critican que algunos vecinos tuvieran que vender la casa porque sabían que no iban a poder afrontar los gastos.

«¿Por qué cinco o seis personas interesadas en construir en sus parcelas tienen la capacidad de modificar todo el barrio?¿Por qué van a expropiarme y voy a tener que sufragar parte de una urbanización que no quiero, que va a beneficiar a cuatro personas y va a destrozar más la costa?», plantean. La actuación tiene dos décadas de historia y permaneció tiempo dormida por la crisis, pero ahora se ha reactivado. Está prevista en el planeamiento urbanístico, el germen de todas las promociones que ahora están cobrando forma en los sectores de Loiola, Asu y Bareño.

Imagen del proyecto, en el que puede verse la carretera proyectada, en gris.
Imagen del proyecto, en el que puede verse la carretera proyectada, en gris. VECINOS DE SOPELA

Ya en julio de 2010, se presentó en el pleno la aprobación definitiva del Plan Especial de la zona. Aunque fue rechazado – solo PNV y PP votaron a favor– , la Corporación terminó aprobándolo en febrero de 2011 tras el cambio de voto del PSE, ya que los promotores y otros propietarios presentaron un contencioso en Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, alegando que el Consistorio no podía oponerse a un plan previsto en su propia legislación urbanística. Ahora, los vecinos denuncian que «Sopela se está conviertiendo en una ciudad dormitorio. Ya llevan cinco años construyendo sin parar pero los servicios no crecen. Escuelas y polideportivos se quedan pequeños».

La localidad ha ganado casi mil viviendas en quince años. Según los datos de la encuesta de población y vivienda de 2001, entonces había 5.140 casas. Ya en 2016, ascendían a 6.090, según el Eustat. Un portavoz del equipo de gobierno municipal expuso que la ejecución del 7.1. «no está promovida por el Ayuntamiento», si no por la Junta de Concertación de propietarios de que en su día se creó y que «por mayoría, en su momento decidió urbanizar la zona. Algunos estarían a favor y otros en contra. Desde el Ayuntamiento, solo velamos por la legalidad del proceso».

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