Los vecinos de Erandio toman el pulso a su corazón

Del Río se marchó contenta con la tabla de resultados en la mano si bien «me han dicho que tengo la tensión un poco alta, pero puede ser de los nervios del momento». El chequeo preventivo se centro en sencillas pruebas determinando factores como la talla y el peso, además de la tensión arterial o el colesterol total.

Todo ello a cargo de siete estudiantes de técnico superior de Laboratorio clínico biomédico del Centro Integrado de Formación Profesional de Tartanga. Con mucho cariño y siempre con una sonrisa en sus labios intentaban tranquilizar a los que en el día de ayer fueron sus pacientes, la mayoría de edad avanzada aunque no faltaron jóvenes deseosos de conocer el estado de su corazón.

Irene Parrado era una de las futuras profesionales de la medicina que resalta la importancia de estos controles donde «existe gente que desconoce tener alguna dolencia y aquí se descubre de manera inicial y le enviamos a su médico de cabecera», como ha surgido en algún caso. Su experiencia resultó de lo más gratificante «la gente se muestra muy agradecida y, además, no se tarda más de cinco minutos».

El equipo estuvo supeditado por el doctor Jesús Pablo Saéz de La Fuente, integrante de la Fundación para la Investigación y Docencia de Enfermedades, quien puso de manifiesto que «este tipo de campañas sirven para detectar un posible riesgo que, como siguiente paso, sería objeto de una evaluación más exacta», en un centro médico. Y advirtió que entre los jóvenes «la prevención es mucho más efectiva», ya que se obtienen grandes resultados cuando se detectan a tiempo dolencias en este sector de la población.