

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Jon Ander Goitia | Txema Izagirre
Miércoles, 30 de septiembre 2020
Todo ha cambiado y mucho. Cuando heredaron la 'makila' como alcaldes el coronavirus no existía. Ahora, marca el ritmo de la sociedad. Y lo seguirá ... haciendo. Los regidores de los principales ayuntamientos de la Margen Derecha encaran el segundo año de legislatura en mitad de una crisis sanitaria y económica que les obliga a rediseñar la hoja de ruta. «Tenemos que estar preparados para cualquier escenario y adelantarnos», apuntan los regidores de Getxo, Leioa, Erandio y Sopela, en un encuentro con EL CORREO en el que hacen balance de este medio año de virus y los daños colaterales que dejará.
Para empezar, porque los presupuestos sobre los que trabajan –algunos les dan ya las últimas pinceladas– sufrirán cambios. Eso sí, todos protegerán tres pilares. «Personas, tejido empresarial y asociaciones», adelanta la alcaldesa de Getxo, Amaia Aguirre. «Son el alma del municipio, tenemos que priorizarlos». ¿Y con cuánto dinero habrá para tenderles la mano? Por el momento no se aventura a lanzar una cifra, el libro de cuentas sigue abierto y las partidas variarán en relación a los ingresos propios y de Udalkutxa. De manera que estos días exprime la calculadora para cuadrar cuentas y frenar la pérdida de ese 20% del fondo foral. «Barajamos diferentes escenarios, es una incertidumbre».
Donde sí cierran el primer borrador de cuentas es en Leioa y Sopela, que se apretarán el cinturón. El agujero será de «dos millones» en Sopela (15,3 millones este año) y de entorno a seis en Leioa (39 millones), adelantan Josu Landaluze e Iban Rodríguez, alcaldes de Sopela y Leioa respectivamente. «A pesar de contar con menos ingresos hay dos capítulos que no se van a tocar, Acción Social y Empleo. Ninguna de las dos recibirá una rebaja, con el resto hay que cuadrar ese 20% menos de este año», explica Landaluze.
Todos remarcan la importancia de reforzar las partidas de esos tres capítulos. «La bajada es importante, pero reforzaremos las ayudas a las personas más vulnerables, no podemos escatimar en esos gastos. Es uno de los daños colaterales del virus, hay niños que sin comedor del colegio se quedaron sin comida», recuerda Rodríguez. También golpeó al empleo. «Tenemos una población importante en ERTE. Cuando estas personas salgan de esa situación tenemos que estar preparados para darles un empujón de ayuda, también a las empresas para que no bajen la persiana», comentó Aitziber Oliban, alcaldesa de Erandio, donde la industria es un músculo importante.
Las cuentas no serán definitivas. La evolución de la pandemia fijará más adelante si se tendrá que reajustar el presupuesto y en qué grado se hará. Eso sí, sin tocar esos tres pilares, inciden los cuatro en este encuentro en el Palacio de Artaza que supuso, además, la primera vez que coincidieron en persona desde el confinamiento. En este tiempo las llamadas se han repetido para ofrecerse apoyo y consejos. Por cierto, ayer en ningún momento se quitaron la mascarilla, muy concienciados con la situación. Este año, el del estreno para ellos, reconocen que «ha sido una prueba de fuego», como lo define Aitziber Oliban, alcaldesa de Erandio. «Duro y complicado», añaden. Pero lo más intenso vendrá ahora. «Hemos sufrido el coletazo, pero la cola es muy larga…», alerta Agirre.
Ese primer golpe se saldó con dos olas de contagios que han atacado en mayor medida a Getxo, situándolo como tercer municipio en Bizkaia en número de casos con 1.779 positivos en total. «Somos el tercer municipio en habitantes», trata de razonar la alcaldesa. «Gestionar esta situación ha sido toda una responsabilidad, Percibía el sufrimiento de la gente aun no viéndola. Esperamos que las cifras bajen y para ello siempre pido prevención, no hay otra solución», incide Agirre. Los ayuntamientos no han vivido ajenos a la evolución del patógeno, un goteo de casos que rara vez se detenía. «Cuando miro la tasa de casos y veo que pasamos de uno o dos positivos a quince es porque en algún momento nos hemos relajado», considera Oliban.
Ese momento de relajación, en el caso de Getxo y Sopela, se podría ubicar en la celebración de las 'no fiestas'. «Fueron unos irresponsables», reprocha Landaluze a las decenas de personas que se reunieron para conmemorar los 'Sanpedros'. Ambos regidores remarcan el trabajo que se hizo con las comisiones para evitar esos escenarios. Sin embargo, se terminaron dando. «Coincidió con la salida del confinamiento y mucha gente quiso hacer fiestas. Fue un momento duro», reconoce Aguirre, quien «no achaca» directamente a las fiestas el repunte de casos que se dio días más tarde.
En Erandio y Leioa las vivieron de manera más tranquila. Eso en la calle. En el Ayuntamiento el ambiente era distinto. «Fueron momentos muy tensos esperando que no pasase nada. Las aglomeraciones, sea en fiestas o en otro sitio, son un riesgo de contagio», advirtió Rodríguez. En el caso de ambos, «la actitud prudente de los vecinos ayudó», abundó la primera edil de Erandio.
En esa línea dirigen los cuatro regidores el balance sobre el grado en el que se han respetado las medidas. «La gran mayoría ha sido responsable, ha entendido la gravedad de la situación», aplaudió Agirre. Un número que Rodríguez lo situó en torno al «90%». «Debemos fijarnos en los que lo hacen bien, son un porcentaje alto». Porque la tendencia ha cambiado. «Hoy en día se mira mal al que lleva mal la mascarilla», opinó Aitziber Oliban.
Al margen de las fiestas, otro de los puntos calientes durante este verano han sido las playas. Las banderas rojas por aforo se han repetido en unos arenales transformados en única vía de escape para muchos, pero en otro problema más para los regidores. «Nos dejaron a los pies de los caballos, fue complicado gestionarlo, pero la mayoría de la gente respondió bien», agradece Landaluze.
Amaia Agirre - PNV
En los despachos del Ayuntamiento de Getxo trabajan actualmente en «la hoja de ruta para ver qué proyectos priorizamos». Amaia Agirre, alcaldesa de la localidad costera, tiene claro que salir de la crisis requiere un esfuerzo común. «Esto es un trabajo de país. Está el Gobierno vasco, las diputaciones y los ayuntamientos. Vamos a ir todos juntos, en escala», plantea.
Del varapalo infringido por el coronavirus saca algo aleccionador también. «Esta pandemia nos ha enseñado que podemos planificar a largo, medio y corto plazo. Pero tenemos que tener mucha cintura para trabajar en el corto plazo». Agirre, resalta que el Ayuntamiento ha focalizado sus esfuerzos en este tiempo. «Desde el principio hemos tenido claro con qué tres sectores nos teníamos que volcar: las personas, el tejido empresarial del comercio y la hostelería, y todo el tejido asociativo que tenemos». Y así seguirá.
Ella se muestra optimista. Si bien es cierto que hay personas que han perdido su empleo, también «a parte de la población esta situación le ha hecho trabajar la creatividad y se ha puesto a emprender o ha sabido transforma su negocio».
Iban Rodríguez - PNV
Iban Rodríguez, alcalde de Leioa, arranca con una reflexión: «Me gustaría que el futuro fuera diferente. Que esto que hemos vivido nos sirva para reflexionar y para ser más humanos». Con el panorama planteado por la pandemia, le queda «intentar anticiparnos y dejar las menos cuestiones posibles guardadas en el armario». Se refiere a los proyectos por hacer.
Sin olvidar a «esas personas que nos necesitan», lo que quiere es «poder cumplir este plan de mandato». Aunque el Ayuntamiento vaya a tener menos ingresos, dispone de «un remanente importante» gracias a sus antecesores. Con eso pretende poder llevar adelante «proyectos necesarios» como «el polideportivo de Pinosolo y la ampliación del Consistorio». Y también solucionar la unión de los barrios periféricos. «Hay que seguir conectando y dando una accesibilidad a zonas como Lamiako. Artzagane tiene cosas que mejorar y Monte Ikea también».
2020 va a ser un año complicado para comerciantes y hosteleros. «Ahí tenemos que echar el resto en empleo y en el comercio de proximidad, porque en el confinamiento fueron los que nos mantuvieron el pueblo vivo», lanza.
Aitziber Oliban - PNV
La alcaldesa de Erandio, Aitziber Oliban, piensa que la pandemia se va a mantener más o menos como ahora. No espera el cierre de centros escolares en los próximos meses, porque «las aulas son un lugar con pocas probabilidades de contagio». Sin embargo, apunta que «es mejor estar preparados para lo peor y responder. Puede ser duro hasta finales de año».
Lo peor es que estima que se producirá «un agravamiento de la situación de desempleo a medio plazo. Nosotros estamos poniendo el foco en eso, tratando de diseñar programas de empleo que lleven a la recolocación de las personas que actualmente se han quedado en paro».
Oliban afirma que «hay que atacar el colectivo de parados fruto del Covid y asegurar de que su empleabilidad se mantiene y puedan reincorporarse rápidamente a otro puesto de trabajo. Es una de las prioridades que tenemos ahora». Para ello han constituido un foro junto con pequeñas empresas que les ayudan a identificar cuáles son las necesidades. «Son firmas de Erandio que están teniendo buenos resultados». Junto a ellas se trata de «aunar la demanda de empleo con la oferta de mano de obra cualificada».
JOsu Landaluze - PNV
El alcalde de Sopela, Josu Landaluze, convencido de que no hay «contagios significativos» en la localidad, espera que «esto vaya a seguir en fase de tranquilidad. Aunque no bajaremos la guardia, vamos a respirar un poquito».
Lo peor fue marzo, con el confinamiento. «Una prueba de fuego. Las decisiones habría que tomarlas al momento y todo era prueba-error. Ahora nos pilla curtidos». Optimista, está convencido de que «no vamos a volver a esa situación. Sería un desastre sanitario y económicamente iríamos a las cavernas».
Su anhelo para el próximo verano es «que nos podamos ver la cara, y darnos abrazos y la mano; que la gente pueda surfear, tomar el sol y estar a gusto en la playa». Se niega a dar pasos atrás. «Ni se me ocurre pensar en un verano como el de 2020. Sabes que tienes una espada de Damocles, que es el jodido bicho. Pero es ver venir, y, según viene, actuar».
Mira hacia el fin de año, por si se pueden promover eventos. Sobre todo para los niños. «El problema que nos planteamos es cómo enfocamos la Navidad. En septiembre, los actos han sido todos controlados con aforo y han salido fenomenal», concluye.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.