Retiran el nido de avispas asiáticas que atemorizaba a los vecinos de Leioa
La voz de alarma saltó el pasado jueves cuando varios residentes aludieron haber visto un gran número de velutinas en Pinueta
andrea cimadevilla
Sábado, 17 de septiembre 2022
Los vecinos del barrio leiotarra de Pinueta ya pueden respirar tranquilos. Diputación ha confirmado haber retirado el nido de avispas asiáticas que ha «atemorizado» a decenas de residentes durante los últimos días. Según han asegurado desde la institución foral, el avispero se encontraba «a unos tres metros de altura» en las proximidades de la calle Gaztelubide. Es más, varios agentes de la Policía municipal de Leioa se personaron ayer en esa misma vía, concretamente en el número 14, después de recibir un aviso por parte de un inquilino alertando sobre la presencia de múltiples velutinas «de gran tamaño» en el tejado. Si bien no dieron con el nido, sí que pusieron en marcha el protocolo de actuación con Basalan, el organismo público dependiente de la Diputación Foral de Bizkaia encargado de intervenir en este tipo de emergencias. Horas más tarde, los técnicos lograron quitarlo.
La voz de alarma saltó el pasado jueves cuando diversos leiotarras confesaron haber visto numerosas avispas «gigantescas» en los alrededores. Es más, muchos apuntaron haber tenido que convivir totalmente «clausurados» durante al menos dos días para impedir la entrada de estos seres en sus hogares. Uno de ellos era Óscar Raúl Romero, quien habita en uno de los apartamentos del número 14 de Gaztelubide, lugar donde se encontró, finalmente, el nido. Aún con las ventanas cerradas a cal y canto, no pudo impedir que los insectos se colaran en su piso. Tal y como relató a éste periódico, «accedían por un pequeño agujero que tengo en el contador del gas». En un día afirmó «haber matado unos ocho ejemplares». Sin embargo, lo que más le sorprendió fue el tamaño y la forma que tenían de volar. «Andaban muy desorientadas, entraban en casa e iban de un lado a otro. Eso sí, eran mucho más grandes de lo normal», explicaba. La descripción la corroboraba, a su vez, Ane Ramos, una residente de la calle Maiatzaren Bata. «Son gordísimas, casi como mi dedo índice. Asquerosas», detallaba.
La preocupación de los vecinos era palpable. Algunos llegaron a comprar mosquiteras, otros, en cambio, optaron por incluir trampas e incluso ingeniaron técnicas para poder airear las viviendas teniendo controlada a la velutina. Verónica Ferández, quien vive en el número 12 de Gaztelubide, pensó que encender una pequeña hoguera podía ser la solución perfecta para espantarlas. «Por la noche dejábamos la ventana abierta y entraban. Nos pasábamos el día a zapatillazos, así que encendí la chimenea porque comentan que el humo las aleja. Creo que no lo conseguí», confesaba.
