Rescates y contaminación en las playas de Gorliz y Plentzia

Las playas de Gorliz y Plentzia se enfrentaron ayer a un examen que debía corroborar su correcta preparación ante cualquier imprevisto, así como la comunicación de respuesta entre los servicios de Cruz Roja, ayuntamientoss y policías. El ejercicio estaba compuesto por tres pruebas: una persona que ha sufrido una lipotimia, cerrar la playa por alcanzar el aforo completo y la aparición de un bidón peligroso en la playa arrastrado por el mar. Lejos de ser casos remotos, lo cierto es que son escenarios más frecuentes de lo que nos podemos a imaginar.

«Atender a alguien que se marea es el día a día de los socorristas», comenta Koldo Larrazabal, coordinador de los socorristas de Cruz Roja en Bizkaia. «Se hacen estas pruebas por las certificaciones de calidad de las playas. Son simulacros internos para ver que la gente está preparada», explica, antes de dar la señal para iniciar el examen. Se emplean los medios materiales y personales que habría en un día normal. El objetivo es obtener el resultado más real posible. En Plentzia el equipo lo conforman los cuatro socorristas que hay habitualmente por turno, en Gorliz son seis. Y en cada uno de los arenales existe un buggy y una embarcación.

Ese vehículo fue el que utilizaron ayer para llegar lo antes posible hasta el punto donde se encontraba Patricia Carballo, socorrista de Plentzia, que ayer hizo de víctima. «Actuó como si fuese un caso real y luego les comento qué cosas habría que mejorar». Una práctica que realizan muy frecuentemente. «En los días grises solemos hacer estos ejercicios. El martes estuvimos practicando un rescate en la zona del muelle». Y claro, un despliegue tan importante siempre despierta la curiosidad. «¿Qué le ha pasado?», trató de interesarse una señora.

Y a pesar de que ayer el lugar mostrase una estampa desértica –el tiempo no invitaba a estirar la toalla–, se dio paso a la siguiente prueba: el cierre de la playa por aforo completo. «No hace falta que esté llena, en lo que nos centramos es en la actuación para estos casos». A medida que el goteo de gente va ocupando la playa se coloca la bandera ámbar y se da un aviso por megafonía. «Cuando ya no se guarda la distancia de seguridad se avisa al ayuntamiento y a la Diputación y se opta por poner la bandera roja». Acto seguido, la Policía Local debe cerrar los accesos.

Última parte del examen. En este caso el escenario es la playa de Gorliz, donde ha aparecido un 'peligroso' bidón en la arena. Tras balizar el lugar, se retira. Seguido, una embarcación explora que no se haya producido ningún vertido en el agua. «Hacer este ejercicio es muy frecuente. Nos encontramos de todo: troncos, objetos, animales… Sin ir más lejos, el lunes apareció una cabra muerta en la playa de Barinatxe, en Sopela», comentaron los hondartzainas.