La reforma del Puerto de Getxo encalla al renunciar por sorpresa la concesionaria

La actuación integral estaba previsto que arrancase en enero, pero salvo obras menores, las excavadoras no han llegado a entrar. Menos aún se ha comenzado una actuación que buscaba transformar y mejorar unas instalaciones que acumulan tres décadas de funcionamiento. La Unión Temporal de Empresas formada por Abra Moyua y Bycam fue la segunda firma que mayor puntuación alcanzó en el concurso público, pero se hizo con él después de que Gos Offshore Sports, la ganadora, renunciase en el último momento.

El proyecto ha entrado definitivamente en barrena en las últimas semanas por dos motivos. El primero de ellos es la tramitación, tal y como adelantó EL CORREO, por parte de la Autoridad Portuaria de una modificación legislativa que permitirá construir un hotel. La licitación de hace dos años para regenerar el Puerto Deportivo no incluía el edificio, básicamente porque la ley no lo permitía. Las cuatro licitadoras que se presentaron de una u otra forma sí que mencionaron en sus diseños la posibilidad de un edificio de estas características o de una zona de hotel sin desarrollar.

La solicitud que hace el Puerto de Bilbao es para un edificio de hasta 26 metros de altura (entre 6 y 8 pisos) y 190 habitaciones. Lo había consesuado con la sociedad pública, aunque los consejeros de los partidos de la oposición niegan que lo supieran, lo que ha desatado una tormenta política en el Ayuntamiento de Getxo. La modificación de las normas encara la fase final de la tramitación, pero tras el revuelo creado, con la mayoría del arco político en contra del edificio– solo el PNV lo apoya sin fisuras y el PP si es «más sostenible»– al Consistorio no le ha quedado otra que alegar. Y ese paso supone más piedras en el camino. Se alargarán los plazos estimados, pero además no está claro si se hará un nuevo concurso público para el hotel en cuestión o será la concesionaria la que lo construirá, a pesar de que no estaba contemplado, al menos en papel.

Un segundo contratiempo no menos significativo es que cinco parcelas del Puerto Deportivo están potencialmente contaminadas, según el inventario del Gobierno vasco. Este hecho obligaría a la empresa a proceder a una limpieza exhaustiva del lugar antes de construir. Según fuentes cercanas a los promotores, ese hecho puede haber tenido «mucho peso en la renuncia, una vez han hecho las catas». La descontaminación no estaba recogida en los pliegos de la licitación. La concesionaria llegó a pedir «siete años» más de concesión a cambio de ejecutar estos trabajos.

De acuerdo a lo firmado tras el concurso público resuelto en 2023, Abra Moyua y Bycam debía pagar 1,2 millones de euros al año de canon. La concesionaria ha abonado las tres primeras cuotas. Con la renuncia estaría en el aire el último pago de este año. El Consejo de Administración del Puerto Deportivo deberá decidir si acepta o no la renuncia en los próximos días y si le devuelve estos pagos, la garantía y lo que ha gastado hasta el momento, una cantidad que asciende a varios millones de euros. En todo caso, la concesionaria continuará con la gestión hasta que acceda una nueva empresa.

Desde el inicio, la adjudicación generó suspicacias entre los hosteleros de la zona y los centenares de amarristas. Los primeros porque tenían que cerrar sus negocios y acusaban a la nueva concesionaria de quererles subir de forma desproporcionada los alquileres. Los segundos porque las tarifas se iban a incrementar de forma notoria. Más de la mitad de los propietarios de barcos han buscado refugio en otros puertos cercanos.