Una avispa de gran tamaño bebe ayer de una fuente. a. c.

Policía y técnicos de Diputación buscan el nido de avispas que atemoriza a los vecinos de Leioa

Se han divisado múltiples velutinas «de gran tamaño» en el tejado de una de las viviendas situadas en la calle Gaztelubide

Sergio Llamas

Sábado, 17 de septiembre 2022, 00:45

En Leioa no se habla de otra cosa. Las avispas asiáticas han tomado el barrio de Pinueta. «Miras por la ventana y ves auténticas autopistas de insectos», afirman asombrados múltiples vecinos. A pesar de que la relativa bajada de temperaturas ha dado un pequeño respiro a los residentes, quienes llevaban varios días sin poder ventilar sus hogares por miedo a que éstas accedieran al interior de las habitaciones, los pisos más elevados han optado por ser cautos y colocar mosquiteras para mantener la vivienda aireada sin correr ningún riesgo. Algunos incluso han pensado en comprar trampa. La alarma vecinal saltó ayer mismo cuando diversos leiotarras alertaron haber visto un gran número de avispas «gigantescas» en los alrededores. Es más, muchos aseguraban haber tenido que convivir totalmente «clausurados» durante al menos dos días para impedir su entrada.

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A pesar de que la Policía Local aún no ha dado con el nido después de haber revisado la zona en varias ocasiones, las dos casas situadas en la calle Gaztelubide, próximas al parque de Artaza, parecen ser el punto de mira de los agentes, sobre todo el número 14, donde tan solo observar su tejado ya impresiona. No hay ni un segundo en el que las avispas dejen de estar presentes. Basalan, organismo público perteneciente a la Diputación de Bizkaia, encargado de controlar las plagas de este ejemplar, certifica estar al tanto de lo ocurrido, después de recibir el aviso en la mañana de ayer. De hecho, la institución foral ha confirmado que el nido estaría a «unos tres metros de altura» y que serán los propios operarios quienes revisen el área con el fin de retirarlo. Los vecinos, sin embargo, solicitan que lo hagan con rapidez. «Si hay una invasión, tienen que fumigar ya. No podemos esperar a que aparezcan cada vez más», alude Begoña Prieto.

«La verdad es que desde hace dos días hay muchísimas, solo con salir a la calle se pueden observar. Por cómo se mueven, creo que podrían estar encima de la casa», comenta Nieves Encinar, una de las inquilinas del chalé ubicado en Gaztelubide, número 14. Al parecer, la edificación antiguamente contaba con una cocina de leña, por lo que estima que podrían «estar escondidas en la chimenea, la cual está aún abierta». No obstante, lo que más teme es una picadura, sobre todo después de un episodio familiar vivido en Galicia. «Hace unos años le punzó a mi padre una en la espalda, y le produjo un gran bulto, de unos 10 centímetros de diámetro, que le dejó casi sin respiración. Me da miedo que puedan atacarnos», relata preocupada.

Óscar Raúl Romero, que habita en un apartamento del mismo número, también ha convivido con los insectos esta semana. El paño de cocina se ha convertido en su mejor aliado para espantarlas. Afirma «haber matado unas ocho avispas en solo un día». Aún con las ventanas cerradas, entran por un pequeño agujero que tiene en la fachada, junto al contador de gas. El tamaño y la forma de volar es lo que más le ha sorprendido. «Andan muy desorientadas, entran en casa y van de un lado a otro. Eso sí, son mucho más grandes de lo normal», explica. Así lo sostiene Verónica Fernández, quien vive en el número 12. «Por la noche dejamos la ventana abierta, y entran. Nos pasamos el día a zapatillazos». «Dicen que el humo las aleja, así que ayer encendí la chimenea pero tampoco estoy segura de que haya dado resultado», subraya.

En Romo y el Antiguo Golf

Lo cierto es que éstas avispas no solo han sido vistas en las inmediaciones de Gaztelubide y Pinueta, sino en otros lugares, como por ejemplo en la fuente que se encuentra junto fal parque infantil situado entre el colegio público de Romo y el Antiguo Golf. De hecho, son varios los vecinos que evitan incluso que sus canes beban. «Muchas veces voy con la mascota por el parque de Artaza y cuando vuelvo intento no pasar por ahí por si le pasa algo al perro», asegura Yolanda. Desde Diputación esclarecen que «si hay un avispero en las cercanías, es normal que los insectos vayan de un lado a otro».

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